Martirologio Romano: En Troyes, ciudad de la Galia Lugdunense, san Lupo, obispo, que con san Germán de Auxerre fue a Bretaña para luchar contra la herejía de los pelagianos, defendió después con la oración a su ciudad del furor de Atila y, habiendo ejercido de modo admirable el sacerdocio durante cincuenta años, descansó en paz.

Una asamblea de obispos en Arles, comisionó a san Germán de Auxerre y a Lupo de Troyes en un viaje evangélico a Britania que fue muy provechoso entre los pelagianos que habían invadido aquellas tierras con su herejía; en ese viaje se encontraron con santa Genoveva, aún niña, en Nanterre y la consagraron a Dios.
Regresó a su diócesis, y renovó las costumbres de los fieles. Frenó a Atila para que respetase su ciudad en el 453; se dice que el rey de los hunos cuando fue vencido llamó a Lupo para que lo acompañara a sus tierras, este gesto fue mal interpretado y tuvo que estar durante dos años fuera de su diócesis, dedicándose a la oración en un retiro. Cuando su caridad y su paciencia vencieron a las malas lenguas, regresó a su diócesis, que gobernó durante 52 años. Murió a los 94 años. No todos estos particulares son verificables históricamente.
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