Martirologio Romano: En Acquapendente, de la Toscana, tránsito del beato Juan Colombini, rico comerciante que, dejándolo todo, abrazó la pobreza. Con los que le siguieron fundó la Orden de los Jesuatos, a quienes quiso pobres de Cristo y desposados con la dama Pobreza.

Junto con otro noble, Francisco Vicenti, fundó los "Pobres de Cristo" porque intentaban imitar a Jesús en su humildad y sufrimiento, se les conoceré como los Jesuati porque iniciaban y acaban sus sermones con “Viva Jesús, Alabado sea Jesús” y que hicieron penitencias públicas que pudieran parecer histriónicas, sobre todo en una comunidad de conversos, la mayoría noble, que quiso cambiar de vida. La presencia de mujeres en su primera fundación, y sus estrechas relaciones con las monjas de Santa Bonda, dieron ocasiones de envidias y críticas, que obligaron al exilio a Juan y a su grupo en 1363. Tuvo problemas con los franciscanos y con el clero secular que los confundían con los heréticos “fraticelli”. Era el momento del regreso del Papado de Aviñón, y después de ir a Roma y entrevistarse con el papa el beato Urbano V, y luego de duras investigaciones, fueron aprobados, pero sin regla. Durante este tiempo tuvo que sufrir el abandono de algunos de sus seguidores. Fundaron monasterios. Murió en Acquapendente cuando marchaba a Siena. Está enterrado en el convento de Santa Bonda de Siena, y la ciudad le dio todos los honores que no recibió en vida.
El culto del beato fue aprobado en 1583, y en 1606 se aprobó el ingreso de sacerdotes en la congregación, pero por abusos, fue suprimida por completo en 1668 y los religiosos que permanecieron se unieron a la Orden de los Jerónimos. La rama femenina subsistió hasta fines del siglo XIX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario