Martirologio Romano: En Montcallier, pueblo del Piamonte, beato Bernardo, marqués de Baden, que cuando se dirigía a Oriente para defender a los cristianos, ya que Constantinopla había sido conquistada por los enemigos, le sorprendió la muerte.
Nació en Baden, y era hijo de Jacobo, margrave de Baden y de Catalina de Lotaringia. De Bernardo se tienen poca información sobre su vida, fue educado en la corte de Francia y encaminado a la carrera militar por Francesco Sforza (1401-1466). En 1447 al servicio de la República Ambrosiana, participó en la defensa de Milán durante la invasión de los venecianos.
Se sabe que estuvo comprometido matrimonialmente con Magdalena, hija de Carlo VII de Francia, pero parece que la boda nunca se celebró. Posteriormente dejó la vida militar para seguir la carrera diplomática, más apta a su pacífica personalidad, dentro de este campo desarrolló su actividad al servicio del emperador Federico III, renunciando para ello al trono de Baden, título al que era heredero después de la muerte del padre; dejando la regencia a su hermano Carlos, para así dedicarse a cumplir misiones de paz entre numerosos principados Europeos. Se ofreció en varias cortes europeas para organizar una cruzada contra los turcos que habían tomado Constantinopla.
Cayó enfermo, y decide emprender el viaje para regresar a Baden atravesando el Piamonte, pero le llega a Moncalieri murió pese a los cuidados que recibió de los frailes franciscanos que lo hospedaron; posiblemente la causa de la muerte de este joven príncipe de 30 años, no fue la peste, sino las consecuencias del debilitamiento físico, después de que haber superado la fase aguda de aquella enfermedad, de haber estado contagiado no habría emprendido el viaje, lo que hubiese extendido la epidemia en otros lugares e incluso contagiado a sus acompañadores. Todos los que le trataron le tuvieron como un hombre santo, dada su piedad y espiritualidad, su entusiasmo religioso y la pureza de su vida. Fue enterrado en la iglesia de Santa María de la Scala y sobre su sepulcro siguieron sucediendo numerosos milagros, que hicieron extender la veneración y el culto de beato en varias regiones de Europa. El Papa Sixto IV le beatificó en 1479, en presencia de su madre y sus hermanos. Es junto san Conrado patrón de la diócesis de Friburgo en Suiza, de Baden y de Moncalieri.
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