La ciudad de Cuenca tiene por Patrona a la Virgen de la Luz, cuya fiesta se celebra con gran esplendor el día primero de junio.
La devoción a la Virgen de la Luz es antiquísima en la ciudad de Cuenca. Del origen y vicisitudes de esta advocación existe una tradición que se mezcla entre la leyenda y la historia.
HISTORIA:
Cuenta la historia que a lo largo del siglo XII, los cristianos llegan en sus correrías hasta las mismas murallas de Cuenca, sin posibilidades, en principio de apoderarse de ella, ya que era inexpugnable y la idea no muy clara de su conquista hace retroceder ésta hasta finales de dicho siglo. Pero cuando el rey de Castilla, Alfonso VIII decide ir a su conquista nos encontramos ya en el año 1.177. Para ello cuenta con el inestimable apoyo del Alfonso II de Aragón, la recién fundada Orden Militar de Santiago y la Orden de los Templarios.
Se cuenta que la aparición de la Virgen de la Luz al rey de Castilla Alfonso VIII, tuvo lugar en sueños; parece que la Virgen había pedido al rey que iniciase la reconquista de la ciudad, pues ella estaría de su parte prestándole una importante ayuda para que rompiese aquel cerco de rocas. De tal manera que Alfonso VIII tomó la decisión de rodear Cuenca distribuyendo sus fuerzas estratégicamente. Para ello le pone sitio el día 6 de enero de 1.177, festividad de los reyes magos. El rey Alfonso VIII pone cerco a la ciudad colocando a su ejército de tal manera que nadie pueda entrar ni salir de ella sin ser controlado por él.
El campamento principal lo mandó instalar en el llamado Campo de San Francisco, donde hoy se encuentra emplazada la Parroquia de San Esteban y la Diputación Provincial. Ordena situar a sus fuerzas de tal manera que no puedan recibir ayuda del exterior ni ninguna clase de víveres, el hambre podría ser su gran aliado ante tan difícil empresa.
Se montan guardias a corta distancia a fin de que no puedan ser sorprendidos, permitiendo sólo la salida de los rebaños de los cristianos que vivían en el interior de la ciudad. De varios rebaños que salieron sólo permitieron regresase uno de ellos, ya que no querían sirviesen las ovejas de los mismo de avituallamiento del enemigo que dominaba y ocupaba la ciudad. Como permitían los cristianos que algunos rebaños de ovejas pastasen en el espacio del actual Recreo Peral y la Puerta de San Juan (entonces Puerta de Aljaraz), fue motivo por el cual un día cuando un grupo de soldados cristianos vigilaban aquella parte del río divisaron como unos asnos y ovejas remontaban el terreno y desaparecían poco después. Con toda rapidez fueron en su busca, pero cuando llegaron al lugar por donde habían desaparecido observaron que había un fuerte portón de madera herméticamente cerrado, por lo que decidieron regresar al campamento y contar al rey lo que habían visto.
Enterado el rey decide que un grupo de hombres expertos estudiase el lugar durante algunos días controlando todo lo que por allí ocurra a cada momento. Sin perdida de tiempo manda a sus mejores hombres con la misión de coger a un pastor cristiano que pase diariamente por aquella puerta y les explique qué deben hacer para pasar por aquel portón y tomar la ciudad. El rey presentía que hallarían la formula, pues tenía plena confianza de lo que la Virgen le prometió en sus sueños. Cuando varios pastores regresaban a la ciudad con las ovejas fueron sorprendidos sin que los vigilantes de las almenas se diesen cuenta del hecho y en la refriega matan a dos de ellos. Cuando se acercaron al tercero (Martín Alhaja) se puso de rodillas gritando que era cristiano y que había recibido un mensaje de la Virgen para ayudarles a entrar en la ciudad. Les indicó que les ayudaría a pasar mezclados entre las ovejas y pasarían la vigilancia del encargado de su custodia por tratarse de un hombre ciego. Con la mayor rapidez fue informado el rey mandando suficientes hombres para que esa misma noche la soldadesca se apoderase de la ciudad.
Se hizo tal como había dicho el pastor, puesto que él se encargó de distraer al ciego, mientras hablaban iba tocando este las ovejas y no se percató de la hábil entrada que hicieron un buen numero de soldados cristianos, ya que se cubrieron con pieles de ovejas que mataron. Una vez dentro se lanzaron sobre los centinelas a los que mataron sin apenas darse cuenta de lo ocurrido. A una señal irrumpieron los soldados que esperaban junto al río y poco a poco pasó parte del ejército, iniciándose combates a lo largo de toda la noche. Cuando al día siguiente el sol inundaba con sus rayos la ciudad ya no era árabe sino cristiana. Era ese el día 21 de septiembre, festividad de San Mateo, cuando el rey Alfonso VIII recibía las llaves de aquella ciudad llamada Cuenca y que había sido calificada de inexpugnable.
Como había prometido aquel joven rey dio inmediatamente la orden de comenzar la ermita, puesto que se habían hecho ya las zanjas y elegido la piedra que se utilizaría. En poco tiempo se levantó siendo bautizada con el nombre de Santuario de la Virgen de la Luz, debido a que un pastor cristiano había visto una luz cuando pasaba de noche por el puente y al acercarse vio a la Virgen con un candil en la mano. También se ha conocido este Santuario con el nombre de la Virgen del Puente.
Y cuenta otra historia que aquella primera noche que el rey durmió en Cuenca tuvo, en sus sueños, una revelación en la que se le indicaba que en una hoquedad que había un poco más abajo del puente musulmán, los primitivos cristianos habían escondido una imagen de la Virgen. Sólo sería preciso efectuar unas excavaciones no muy profundas y rápidamente hallarían la imagen de aquella Virgen. Dio orden para que un grupo de soldados buscasen en el lugar soñado encontrando una preciosa talla de la que sería después denominada Virgen de la Luz, ordenando construir una ermita para recordar el suceso muy cerca de donde fue encontrada.
Es una historia larga y rica en detalles, en nombres, en fechas y en documentos. Los favores recibidos en la ciudad por su mediación, especialmente en el siglo XVIII, fueron muchos, como así consta en documentos de diversas épocas.
SANTUARIO, IMAGEN Y RECONOCIMIENTOS:
Se cuenta que allá por el año 1345 unos frailes llamado "Antoneros" fundaron una especie de convento-hospital en el cual se curaban aquella serie de enfermedades terriblemente peligrosas de la Edad Media, destacando entre todas ellas, el "Fuego Sacro", que algo más tarde recibiría el nombre de "mal francés". Esta congregación hospitalaria de frailes hizo mucho bien a los enfermos, tenían a San Antón como patrono, y precisamente a esta circunstancia se debe esta duplicidad de nombre referido a esta parroquia denominada Virgen de la Luz y San Antonio Abad (San Antón). Las apariciones de la Virgen fueron varias a lo largo de los nueve meses de asedio, motivo por el cual el rey vigiló muy de cerca el levantamiento de aquella ermita cuya construcción primitiva en el siglo XIII ha ido desapareciendo en el transcurso del tiempo debido a las reformas efectuadas, pues la Parroquia es de estilo barroco, quedando aún su portada plateresca.
El santuario actual, construido en 1760, queda a muy corta distancia de donde debió de estar la primitiva ermita. Por su situación junto al puente sobre el río Júcar se le ha conocido también como ermita del Puente, y por ser la sede patronal muchos la conocen hoy como ermita de la Virgen de la Luz.
La venerada imagen fue coronada canónicamente el día 1 de junio de 1950, por el nuncio de S. S. Mons. Cocognani, siendo obispo de la diócesis D. Inocencio Rodríguez Diez. Fue un acontecimiento religioso-festivo de carácter provincial sin precedentes, en el que estuvieron presentes 83 imágenes patronales llegadas de otros tantos pueblos de la provincia.
La Virgen de la Luz, es alcaldesa honoraria de la ciudad de Cuenca. Según escribe Francisco Gómez de Travecedo, la imagen de la Virgen está elaborada con piedra negra y lleva un Niño entre sus brazos y un candil o luminaria en la mano derecha. En esto, por cierto, coincide con una tradición medieval muy extendida en otros lares.
La devoción a la Virgen de la Luz es antiquísima en la ciudad de Cuenca. Del origen y vicisitudes de esta advocación existe una tradición que se mezcla entre la leyenda y la historia.
HISTORIA:
Cuenta la historia que a lo largo del siglo XII, los cristianos llegan en sus correrías hasta las mismas murallas de Cuenca, sin posibilidades, en principio de apoderarse de ella, ya que era inexpugnable y la idea no muy clara de su conquista hace retroceder ésta hasta finales de dicho siglo. Pero cuando el rey de Castilla, Alfonso VIII decide ir a su conquista nos encontramos ya en el año 1.177. Para ello cuenta con el inestimable apoyo del Alfonso II de Aragón, la recién fundada Orden Militar de Santiago y la Orden de los Templarios.
Se cuenta que la aparición de la Virgen de la Luz al rey de Castilla Alfonso VIII, tuvo lugar en sueños; parece que la Virgen había pedido al rey que iniciase la reconquista de la ciudad, pues ella estaría de su parte prestándole una importante ayuda para que rompiese aquel cerco de rocas. De tal manera que Alfonso VIII tomó la decisión de rodear Cuenca distribuyendo sus fuerzas estratégicamente. Para ello le pone sitio el día 6 de enero de 1.177, festividad de los reyes magos. El rey Alfonso VIII pone cerco a la ciudad colocando a su ejército de tal manera que nadie pueda entrar ni salir de ella sin ser controlado por él.
El campamento principal lo mandó instalar en el llamado Campo de San Francisco, donde hoy se encuentra emplazada la Parroquia de San Esteban y la Diputación Provincial. Ordena situar a sus fuerzas de tal manera que no puedan recibir ayuda del exterior ni ninguna clase de víveres, el hambre podría ser su gran aliado ante tan difícil empresa.
Se montan guardias a corta distancia a fin de que no puedan ser sorprendidos, permitiendo sólo la salida de los rebaños de los cristianos que vivían en el interior de la ciudad. De varios rebaños que salieron sólo permitieron regresase uno de ellos, ya que no querían sirviesen las ovejas de los mismo de avituallamiento del enemigo que dominaba y ocupaba la ciudad. Como permitían los cristianos que algunos rebaños de ovejas pastasen en el espacio del actual Recreo Peral y la Puerta de San Juan (entonces Puerta de Aljaraz), fue motivo por el cual un día cuando un grupo de soldados cristianos vigilaban aquella parte del río divisaron como unos asnos y ovejas remontaban el terreno y desaparecían poco después. Con toda rapidez fueron en su busca, pero cuando llegaron al lugar por donde habían desaparecido observaron que había un fuerte portón de madera herméticamente cerrado, por lo que decidieron regresar al campamento y contar al rey lo que habían visto.
Enterado el rey decide que un grupo de hombres expertos estudiase el lugar durante algunos días controlando todo lo que por allí ocurra a cada momento. Sin perdida de tiempo manda a sus mejores hombres con la misión de coger a un pastor cristiano que pase diariamente por aquella puerta y les explique qué deben hacer para pasar por aquel portón y tomar la ciudad. El rey presentía que hallarían la formula, pues tenía plena confianza de lo que la Virgen le prometió en sus sueños. Cuando varios pastores regresaban a la ciudad con las ovejas fueron sorprendidos sin que los vigilantes de las almenas se diesen cuenta del hecho y en la refriega matan a dos de ellos. Cuando se acercaron al tercero (Martín Alhaja) se puso de rodillas gritando que era cristiano y que había recibido un mensaje de la Virgen para ayudarles a entrar en la ciudad. Les indicó que les ayudaría a pasar mezclados entre las ovejas y pasarían la vigilancia del encargado de su custodia por tratarse de un hombre ciego. Con la mayor rapidez fue informado el rey mandando suficientes hombres para que esa misma noche la soldadesca se apoderase de la ciudad.
Se hizo tal como había dicho el pastor, puesto que él se encargó de distraer al ciego, mientras hablaban iba tocando este las ovejas y no se percató de la hábil entrada que hicieron un buen numero de soldados cristianos, ya que se cubrieron con pieles de ovejas que mataron. Una vez dentro se lanzaron sobre los centinelas a los que mataron sin apenas darse cuenta de lo ocurrido. A una señal irrumpieron los soldados que esperaban junto al río y poco a poco pasó parte del ejército, iniciándose combates a lo largo de toda la noche. Cuando al día siguiente el sol inundaba con sus rayos la ciudad ya no era árabe sino cristiana. Era ese el día 21 de septiembre, festividad de San Mateo, cuando el rey Alfonso VIII recibía las llaves de aquella ciudad llamada Cuenca y que había sido calificada de inexpugnable.
Como había prometido aquel joven rey dio inmediatamente la orden de comenzar la ermita, puesto que se habían hecho ya las zanjas y elegido la piedra que se utilizaría. En poco tiempo se levantó siendo bautizada con el nombre de Santuario de la Virgen de la Luz, debido a que un pastor cristiano había visto una luz cuando pasaba de noche por el puente y al acercarse vio a la Virgen con un candil en la mano. También se ha conocido este Santuario con el nombre de la Virgen del Puente.
Y cuenta otra historia que aquella primera noche que el rey durmió en Cuenca tuvo, en sus sueños, una revelación en la que se le indicaba que en una hoquedad que había un poco más abajo del puente musulmán, los primitivos cristianos habían escondido una imagen de la Virgen. Sólo sería preciso efectuar unas excavaciones no muy profundas y rápidamente hallarían la imagen de aquella Virgen. Dio orden para que un grupo de soldados buscasen en el lugar soñado encontrando una preciosa talla de la que sería después denominada Virgen de la Luz, ordenando construir una ermita para recordar el suceso muy cerca de donde fue encontrada.
Es una historia larga y rica en detalles, en nombres, en fechas y en documentos. Los favores recibidos en la ciudad por su mediación, especialmente en el siglo XVIII, fueron muchos, como así consta en documentos de diversas épocas.
SANTUARIO, IMAGEN Y RECONOCIMIENTOS:
Se cuenta que allá por el año 1345 unos frailes llamado "Antoneros" fundaron una especie de convento-hospital en el cual se curaban aquella serie de enfermedades terriblemente peligrosas de la Edad Media, destacando entre todas ellas, el "Fuego Sacro", que algo más tarde recibiría el nombre de "mal francés". Esta congregación hospitalaria de frailes hizo mucho bien a los enfermos, tenían a San Antón como patrono, y precisamente a esta circunstancia se debe esta duplicidad de nombre referido a esta parroquia denominada Virgen de la Luz y San Antonio Abad (San Antón). Las apariciones de la Virgen fueron varias a lo largo de los nueve meses de asedio, motivo por el cual el rey vigiló muy de cerca el levantamiento de aquella ermita cuya construcción primitiva en el siglo XIII ha ido desapareciendo en el transcurso del tiempo debido a las reformas efectuadas, pues la Parroquia es de estilo barroco, quedando aún su portada plateresca.
El santuario actual, construido en 1760, queda a muy corta distancia de donde debió de estar la primitiva ermita. Por su situación junto al puente sobre el río Júcar se le ha conocido también como ermita del Puente, y por ser la sede patronal muchos la conocen hoy como ermita de la Virgen de la Luz.
La venerada imagen fue coronada canónicamente el día 1 de junio de 1950, por el nuncio de S. S. Mons. Cocognani, siendo obispo de la diócesis D. Inocencio Rodríguez Diez. Fue un acontecimiento religioso-festivo de carácter provincial sin precedentes, en el que estuvieron presentes 83 imágenes patronales llegadas de otros tantos pueblos de la provincia.
La Virgen de la Luz, es alcaldesa honoraria de la ciudad de Cuenca. Según escribe Francisco Gómez de Travecedo, la imagen de la Virgen está elaborada con piedra negra y lleva un Niño entre sus brazos y un candil o luminaria en la mano derecha. En esto, por cierto, coincide con una tradición medieval muy extendida en otros lares.
Bonita página. Soy de Cuenca y me bautizaron en la iglesia de la Virgen de la Luz. Con tu permiso pondré el link de este blog en el mio: rincondegatofenix https://rincondegatofenix.blogspot.com/
ResponderEliminarTodo tuyo.
ResponderEliminarMiles de Gracias.
ResponderEliminar