(fr.: Joseph-Marie Cassant).
El acrecentará. Añadido. Crecimiento.
Martirologio Romano: En Toulouse, Francia, beato José María Cassant, monje trapense y presbítero.
Pedro José Cassant nació en Cassaneuil, en el Lot-et-Garonne (diócesis de Agen, Francia), en el seno de una familia de agricultores. Estudió en el internado de los Hermanos de La Salle de su pueblo natal, donde tuvo dificultades debido a su falta de memoria. Quiso ingresar en el seminario menor pero su falta de memoria fue un obstáculo. Mientras tanto, el adolescente fue introduciéndose en el silencio, el recogimiento y la oración.
A los 16 años ingresó en el monasterio cisterciense-trapense de Sainte-Marie-du-Désert en Toulouse en 1894. Fue acogido con cariño por los monjes por su espíritu de entrega y oración, además porque siempre estaba sonriente y contento. Fue consciente de sus debilidades y lagunas, pero se agarró a la divisa: “Todo por Jesús, todo por María” y se preparó para recibir el sacerdocio. Los cursos de Teología que le impartió un monje poco comprensivo le causaron afrentas muy dolorosas en su viva sensibilidad. En todas sus contradicciones se apoyó en Cristo presente en la Eucaristía. En 1902 fue ordenado sacerdote: “Cuando no pueda celebrar ya la misa me podré llevar Jesús de este mundo, pues no tendrá ya ningún apego a esta tierra”.
Pronto se le manifestó la tuberculosis pero no dijo nada porque no entendía que uno pudiera quejarse cuando se meditaba el Vía Crucis. Pero no se pudo ocultar mas la enfermedad y fue enviado a casa de sus padres, pero regresó de nuevo al monasterio, donde lo enviaron a la enfermería, donde pudo ofrecer por Cristo y su Iglesia sus sufrimientos físicos cada vez más intolerables, agravados por la negligencia de su enfermero. Murió en Sainte-Marie-du-Désert con 25 años. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 3 de octubre de 2004.
Pedro José Cassant nació en Cassaneuil, en el Lot-et-Garonne (diócesis de Agen, Francia), en el seno de una familia de agricultores. Estudió en el internado de los Hermanos de La Salle de su pueblo natal, donde tuvo dificultades debido a su falta de memoria. Quiso ingresar en el seminario menor pero su falta de memoria fue un obstáculo. Mientras tanto, el adolescente fue introduciéndose en el silencio, el recogimiento y la oración.
A los 16 años ingresó en el monasterio cisterciense-trapense de Sainte-Marie-du-Désert en Toulouse en 1894. Fue acogido con cariño por los monjes por su espíritu de entrega y oración, además porque siempre estaba sonriente y contento. Fue consciente de sus debilidades y lagunas, pero se agarró a la divisa: “Todo por Jesús, todo por María” y se preparó para recibir el sacerdocio. Los cursos de Teología que le impartió un monje poco comprensivo le causaron afrentas muy dolorosas en su viva sensibilidad. En todas sus contradicciones se apoyó en Cristo presente en la Eucaristía. En 1902 fue ordenado sacerdote: “Cuando no pueda celebrar ya la misa me podré llevar Jesús de este mundo, pues no tendrá ya ningún apego a esta tierra”.
Pronto se le manifestó la tuberculosis pero no dijo nada porque no entendía que uno pudiera quejarse cuando se meditaba el Vía Crucis. Pero no se pudo ocultar mas la enfermedad y fue enviado a casa de sus padres, pero regresó de nuevo al monasterio, donde lo enviaron a la enfermería, donde pudo ofrecer por Cristo y su Iglesia sus sufrimientos físicos cada vez más intolerables, agravados por la negligencia de su enfermero. Murió en Sainte-Marie-du-Désert con 25 años. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 3 de octubre de 2004.
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