(Eduardo Juan María Poppe. fl.: Edward Joannes Maria Poppe).
Que espera riqueza. Guardián glorioso.
Martirologio Romano: En la ciudad de Moerzeke-les-Termonde, cerca de Gante, en Bélgica, beato Eduardo Poppe, presbítero, que, en tiempos difíciles, con sus escritos y su predicación propagó por Flandes la formación cristiana y la devoción a la Eucaristía.
Nació en Tamise, Bélgica y se llamaba Eduardo Juan. Estudió en los seminarios de Gante y Malinas. En 1916, durante la I Guerra Mundial, fue ordenado sacerdote y fue destinado como vicepárroco en la iglesia de Santa Coleta de Gante, en una parroquia llena de comunistas. No esperó la llegada del Vaticano II para iniciar con ellos el diálogo, que no fue por medios de argumentos políticos, sino con temas espirituales y eucarísticos. La pobreza era la condición de sus parroquianos y era un azote que él intentó reparar por medio de la caridad. Se dio cuenta que la miseria mayor era de carácter espiritual, y que el hambre de Dios sólo se podía saciar con la Eucaristía. Comenzó con los niños de las familias ateas y agnósticas a prepararlos a la primera comunión.
Débil de salud no ahorró en las obras pastorales: "Amar a Cristo sin sufrir -escribió en su diario- quiere decir amar como juego". Agotado en sus fuerzas fue trasladado a Moerzeke, donde se dedicó a la cruzada eucarística. En 1922 fue nombrado director espiritual del Centro de Instrucción de los "brancadiers", es decir los camilleros enfermeros de Bélgica, y director espiritual de las conferencias pedagógicas para los cuales escribió varios artículos. Una vez le pidieron una fotografía como recuerdo y dijo que no tenía, señaló un crucifijo y dijo: "Quisiera parecerme a él y que éste fuera mi retrato".
Pidió demasiado a su físico, y pronto fue consumido del ansia apostólica y del trabajo espiritual. No tenía más que 34 años cuando tuvo que guardar cama; a las monjas que le asistían les dijo: "Vosotras pensáis que la culpa es mía, y que me haya matado con demasiado trabajo. Puede ser, pero no me arrepiento, ni me arrepentiré de mi exceso de trabajo. Si sanase, trabajaría todavía más. A morir por amar a los demás, me ha enseñado Él". Murió en Moerzeke. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 3 de octubre de 1999.
Nació en Tamise, Bélgica y se llamaba Eduardo Juan. Estudió en los seminarios de Gante y Malinas. En 1916, durante la I Guerra Mundial, fue ordenado sacerdote y fue destinado como vicepárroco en la iglesia de Santa Coleta de Gante, en una parroquia llena de comunistas. No esperó la llegada del Vaticano II para iniciar con ellos el diálogo, que no fue por medios de argumentos políticos, sino con temas espirituales y eucarísticos. La pobreza era la condición de sus parroquianos y era un azote que él intentó reparar por medio de la caridad. Se dio cuenta que la miseria mayor era de carácter espiritual, y que el hambre de Dios sólo se podía saciar con la Eucaristía. Comenzó con los niños de las familias ateas y agnósticas a prepararlos a la primera comunión.
Débil de salud no ahorró en las obras pastorales: "Amar a Cristo sin sufrir -escribió en su diario- quiere decir amar como juego". Agotado en sus fuerzas fue trasladado a Moerzeke, donde se dedicó a la cruzada eucarística. En 1922 fue nombrado director espiritual del Centro de Instrucción de los "brancadiers", es decir los camilleros enfermeros de Bélgica, y director espiritual de las conferencias pedagógicas para los cuales escribió varios artículos. Una vez le pidieron una fotografía como recuerdo y dijo que no tenía, señaló un crucifijo y dijo: "Quisiera parecerme a él y que éste fuera mi retrato".
Pidió demasiado a su físico, y pronto fue consumido del ansia apostólica y del trabajo espiritual. No tenía más que 34 años cuando tuvo que guardar cama; a las monjas que le asistían les dijo: "Vosotras pensáis que la culpa es mía, y que me haya matado con demasiado trabajo. Puede ser, pero no me arrepiento, ni me arrepentiré de mi exceso de trabajo. Si sanase, trabajaría todavía más. A morir por amar a los demás, me ha enseñado Él". Murió en Moerzeke. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 3 de octubre de 1999.
Gran santo! no lo conocía, gracias por la información
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