(Dorotea Swartz. al.: Dorothea von Montau).
Don de Dios.
Martirologio Romano: En Marienwerder, en la Prusia polaca, beata Dorotea de Montau, que, al quedar viuda, vivió recluida en una celda junto a la catedral, entregada a la oración continua y a la penitencia.
Nació en Marienwerder (hoy Kwidzyn), Borusia polaca. Desde que a los 7 años se cayó en un caldero de agua hirviendo, sintió un despreció hacia el mundo y mortificó su cuerpo con duras penitencias para aspirar a un mayor bien en el Cielo. A los 17 años cambió su vida al casarse con un militar llamado Adalberto; vivió en Montau, Marienburgo, Dantzig y Marienwerder, una vida de santa paciencia al lado de un marido que la golpea continuamente, porque no entendía tantas penitencias y tantos éxtasis que le impedían hacer sus deberes de ama de casa. Tuvo nueve hijos, de los que sólo sobrevivió su hija Dorotea que fue religiosa benedictina. Su esposo se dio cuenta de la grandeza de su mujer y cambió su vida respecto a ella, y a partir de 1380 decidió guardar continencia marital
Con su marido peregrinó a Roma. Al quedarse viuda eligió la vida religiosa contemplativa en Marienwerder, y la realizó con profundísimo sentido penitencial, donde tuvo como confesor al padre Juan de Maienwerder, de la orden teutónica. Durante su profesión tuvo una visión en la que Cristo le casaba con su confesor en matrimonio espiritual: “Tenéis que velar el uno por el otro a fin de que ambos podáis alcanzar la vida eterna, y debes saber que nadie le ha sido nunca tan altamente encarecido a tu confesor como tú”. En 1392 se hizo tapiar en la iglesia como reclusa, y en sus últimos meses de su vida, Cristo le confirmó que se había convertido verdaderamente en su esposa. Nunca hizo profesión legal como religiosa, siempre fue seglar. El culto fue confirmado por SS Pablo VI el 9 de enero de 1970. Patrona de Prusia.
Nació en Marienwerder (hoy Kwidzyn), Borusia polaca. Desde que a los 7 años se cayó en un caldero de agua hirviendo, sintió un despreció hacia el mundo y mortificó su cuerpo con duras penitencias para aspirar a un mayor bien en el Cielo. A los 17 años cambió su vida al casarse con un militar llamado Adalberto; vivió en Montau, Marienburgo, Dantzig y Marienwerder, una vida de santa paciencia al lado de un marido que la golpea continuamente, porque no entendía tantas penitencias y tantos éxtasis que le impedían hacer sus deberes de ama de casa. Tuvo nueve hijos, de los que sólo sobrevivió su hija Dorotea que fue religiosa benedictina. Su esposo se dio cuenta de la grandeza de su mujer y cambió su vida respecto a ella, y a partir de 1380 decidió guardar continencia marital
Con su marido peregrinó a Roma. Al quedarse viuda eligió la vida religiosa contemplativa en Marienwerder, y la realizó con profundísimo sentido penitencial, donde tuvo como confesor al padre Juan de Maienwerder, de la orden teutónica. Durante su profesión tuvo una visión en la que Cristo le casaba con su confesor en matrimonio espiritual: “Tenéis que velar el uno por el otro a fin de que ambos podáis alcanzar la vida eterna, y debes saber que nadie le ha sido nunca tan altamente encarecido a tu confesor como tú”. En 1392 se hizo tapiar en la iglesia como reclusa, y en sus últimos meses de su vida, Cristo le confirmó que se había convertido verdaderamente en su esposa. Nunca hizo profesión legal como religiosa, siempre fue seglar. El culto fue confirmado por SS Pablo VI el 9 de enero de 1970. Patrona de Prusia.
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