(Ana Teresa Guérin. fr.: Théodore Guérin).
Don de Dios.
Martirologio Romano: En la aldea de Saint Mary of the Woods, en Indianápolis, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Teodora (Ana Teresa) Guérin, virgen de la Congregación de Hermanas de la Divina Providencia, la cual, nacida en Francia, entre grandes dificultades y confiando siempre en la divina Providencia, se preocupó con solicitud de la naciente comunidad.
Nació en Etables (Francia). Su padre prestaba servicios en la Armada de Napoleón. Su progenitor fue asesinado y la familia cayó en la penuria, esto llevó a Ana Teresa a una fe profunda en Dios de la que nunca dudó. En lo más hondo de su alma, sabía que Dios estaba con ella, que siempre estaría con ella, como una compañía constante.
Con 25 años de edad ingresó en las Hermanas de la Providencia de Ruillé-sur-Loire, una joven comunidad de religiosas que servían a Dios brindando oportunidades para la educación de los niños y cuidado de los pobres, enfermos y moribundos.
Fue enviada a Estados Unidos. El propósito consistía en establecer un convento, fundar escuelas y compartir el amor de Dios con los pioneros de la diócesis de Vincennes, en el Estado de Indiana. Su salud era débil y tenía dañado el sistema digestivo de tal manera que durante el resto de su vida sólo pudo consumir alimentos y líquidos suaves y blandos. Estuvo a punto de rechazar la misión, pero la oración y la obediencia le resolvieron todas las dudas.
En 1840 llegaron a la sede de su misión en Saint-Mary-of-the Woods, que era una cabaña infecta. Durante sus primeros años, la madre Teodora debió soportar numerosos problemas: el prejuicio contra los católicos, traiciones, malentendidos; la ruptura de las Congregaciones de Indiana y de Ruillé; un devastador incendio que destruyó una cosecha completa, dejando a las hermanas desprovistas y hambrientas; frecuentes enfermedades mortales, pero ella decía “Si alguna vez esta pobre y pequeña comunidad logra asentarse definitivamente, lo hará sobre la Cruz: eso me infunde confianza y me brinda esperanza, aún frente al desamparo”. En menos de un año su comunidad floreció y ella fundó la Academia de la Congregación. Siempre se destacó por su humildad y entrega sin límites a la Providencia y los hermanos. Murió en Nemus (Estados Unidos). Fue canonizado por SS Benedicto XVI el 15 de octubre de 2006.
Nació en Etables (Francia). Su padre prestaba servicios en la Armada de Napoleón. Su progenitor fue asesinado y la familia cayó en la penuria, esto llevó a Ana Teresa a una fe profunda en Dios de la que nunca dudó. En lo más hondo de su alma, sabía que Dios estaba con ella, que siempre estaría con ella, como una compañía constante.
Con 25 años de edad ingresó en las Hermanas de la Providencia de Ruillé-sur-Loire, una joven comunidad de religiosas que servían a Dios brindando oportunidades para la educación de los niños y cuidado de los pobres, enfermos y moribundos.
Fue enviada a Estados Unidos. El propósito consistía en establecer un convento, fundar escuelas y compartir el amor de Dios con los pioneros de la diócesis de Vincennes, en el Estado de Indiana. Su salud era débil y tenía dañado el sistema digestivo de tal manera que durante el resto de su vida sólo pudo consumir alimentos y líquidos suaves y blandos. Estuvo a punto de rechazar la misión, pero la oración y la obediencia le resolvieron todas las dudas.
En 1840 llegaron a la sede de su misión en Saint-Mary-of-the Woods, que era una cabaña infecta. Durante sus primeros años, la madre Teodora debió soportar numerosos problemas: el prejuicio contra los católicos, traiciones, malentendidos; la ruptura de las Congregaciones de Indiana y de Ruillé; un devastador incendio que destruyó una cosecha completa, dejando a las hermanas desprovistas y hambrientas; frecuentes enfermedades mortales, pero ella decía “Si alguna vez esta pobre y pequeña comunidad logra asentarse definitivamente, lo hará sobre la Cruz: eso me infunde confianza y me brinda esperanza, aún frente al desamparo”. En menos de un año su comunidad floreció y ella fundó la Academia de la Congregación. Siempre se destacó por su humildad y entrega sin límites a la Providencia y los hermanos. Murió en Nemus (Estados Unidos). Fue canonizado por SS Benedicto XVI el 15 de octubre de 2006.
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