(pol.: Andrzej Bobola).
Varoníl. Varón, viril, hombre valiente.
Martirologio Romano: En Janow, cerca de Pinsk, junto al río Pripjat, en los confines de Polonia, san Andrés Bobola, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que se esforzó activamente por la unión de los cristianos hasta que, habiendo sido capturado por unos soldados cosacos, con su sangre dio gustosamente el supremo testimonio de la fe.
Nació en Polonia, probablemente en el Strachocin de la tierra de Sanok, aunque su familia era originaria de Bohemia; no se conoce el nombre de sus padres, pero si de un tío, llamado Andrés que fue chambelán en la corte del rey Segismundo III. Conocemos muy poco de su adolescencia y juventud. Probablemente entre 1606 y 1611 cursó estudios en el colegio de los jesuitas de Braniewo, donde se formó en oratoria y en el conocimiento de la lengua griega. Esta última le llevó a la afición por la lectura de los padres griegos y adentrarse con las diputas de los teólogos ortodoxos. Aspecto importante en su vida futura, que marcó toda su trayectoria final.
Solicitó entrar en 1622 en la Compañía de Jesús; en 1622 fue ordenado sacerdote en Vilna por el obispo lituano Eustaquio Wollowicz, el mismo día que canonizaban a san Ignacio. Su orientación profesional parecía estar encaminada hacia la teología pero suspendió el exámen ad gradum, y descubrió su vocación misionera. Durante estos años maduró y templó su carácter exagerado e impaciente y con mucha ascesis consiguió templarlo y educarse en la paciencia. En Vilna ejerció su ministerio, destacando como predicador, director de conciencias y hombre de caridad inagotable atendiendo a enfermos y moribundos, sobre todo durante la peste de 1625.
En 1630 fue nombrado director de la residencia de Bobrujsk. En 1633 se instaló en Plock como director de la Congregación Mariana de jóvenes. En 1636 fue nombrado predicador en Varsovia y en el 1637 volvió a Plock. Del 1638 al 1642 desarrolló su actividad pastoral en Lomza. Su salud se resintió y regresó a Vilna. En esta época su trabajo pastoral se intensificó en Polesie. Pero su carácter impulsivo y fogoso le llevó a querer vivir en los lugares de mayor riesgo, y desde 1633, hasta su muerte, fue uno de los misioneros más activos de la parte oriental de lo que entonces era Polonia, una región disputada por los rusos y con una gran mayoría de habitantes que vacilaban entre el cisma ortodoxo y la iglesia romana, quiso reconciliarlos y en algunos casos logró la conversión de pueblos enteros, pero no pudo y recibió el sobrenombre de "Dudsqochwat" (cazador de almas) de sus enemigos .
Durante un cuarto de siglo Andrés Bóbola vivió en esta azarosa frontera de la catolicidad, mientras se sucedían a su alrededor guerras, matanzas de religiosos, como la del obispo de Polok, san Josafat Kuncewicz en 1623, devastaciones y amenazas de todo orden, hasta que en mayo, a sus 66 años, cayó prisionero en Mogino, Lituania de los cosacos, que le sometieron a espantosas torturas de las que murió en Janów Poleski, junto a Pinsk (su martirio se considera uno de los más salvajes de toda la historia de la Iglesia). Patrón de la diócesis de Pinsk y de la ciudad de Varsovia. Fue canonizado por Pío XI el 17 de abril de 1938.
Solicitó entrar en 1622 en la Compañía de Jesús; en 1622 fue ordenado sacerdote en Vilna por el obispo lituano Eustaquio Wollowicz, el mismo día que canonizaban a san Ignacio. Su orientación profesional parecía estar encaminada hacia la teología pero suspendió el exámen ad gradum, y descubrió su vocación misionera. Durante estos años maduró y templó su carácter exagerado e impaciente y con mucha ascesis consiguió templarlo y educarse en la paciencia. En Vilna ejerció su ministerio, destacando como predicador, director de conciencias y hombre de caridad inagotable atendiendo a enfermos y moribundos, sobre todo durante la peste de 1625.
En 1630 fue nombrado director de la residencia de Bobrujsk. En 1633 se instaló en Plock como director de la Congregación Mariana de jóvenes. En 1636 fue nombrado predicador en Varsovia y en el 1637 volvió a Plock. Del 1638 al 1642 desarrolló su actividad pastoral en Lomza. Su salud se resintió y regresó a Vilna. En esta época su trabajo pastoral se intensificó en Polesie. Pero su carácter impulsivo y fogoso le llevó a querer vivir en los lugares de mayor riesgo, y desde 1633, hasta su muerte, fue uno de los misioneros más activos de la parte oriental de lo que entonces era Polonia, una región disputada por los rusos y con una gran mayoría de habitantes que vacilaban entre el cisma ortodoxo y la iglesia romana, quiso reconciliarlos y en algunos casos logró la conversión de pueblos enteros, pero no pudo y recibió el sobrenombre de "Dudsqochwat" (cazador de almas) de sus enemigos .
Durante un cuarto de siglo Andrés Bóbola vivió en esta azarosa frontera de la catolicidad, mientras se sucedían a su alrededor guerras, matanzas de religiosos, como la del obispo de Polok, san Josafat Kuncewicz en 1623, devastaciones y amenazas de todo orden, hasta que en mayo, a sus 66 años, cayó prisionero en Mogino, Lituania de los cosacos, que le sometieron a espantosas torturas de las que murió en Janów Poleski, junto a Pinsk (su martirio se considera uno de los más salvajes de toda la historia de la Iglesia). Patrón de la diócesis de Pinsk y de la ciudad de Varsovia. Fue canonizado por Pío XI el 17 de abril de 1938.
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