(Agustín Novelli, Agustín Tarano. it.: Agostino Novello da Tarano).
Habitante de Augusta. El que aumenta la ciudad alta. Consagrado por los augures.
Martirologio Romano: En Siena, en la Toscana, beato Agustín Novelli, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, cultivador de la verdadera humildad y amante de la observancia religiosa.
Nació en “castro Taranum vocato” (algunos autores la identifican como Taormina de Sicilia, Tarano in Sabina o Términi), en el seno de una familia catalana y se llamaba Mateo. Después de haber conseguido el doctorado en leyes en Bolonia fue nombrado canciller del rey Manfredo de Sicilia. Dado por muerto en la batalla de Benevento (1266) se curó de sus heridas y parece que prometió que se haría religioso si se curaba. Ingresó en los ermitaños agustinos como hermano lego, con el nombre de Agustín (se le llama “Novello” para distinguirlo de otros santos llamados “Agustín” más antiguos).
Pasó a vivir en los eremitorios que existían en los entornos de Siena. Mientras se encontraba en el eremitorio de Rosia fueron descubiertas sus grandes dotes al escribir una breve memoria en defensa de los derechos de la comunidad y le fue ordenado que aceptase el presbiterado; fue ordenado en Roma. Le encargaron la redacción de las Constituciones de la Orden. Fue elegido Penitenciario apostólico del papa Nicolás IV, cargo que fue reconfirmado por los papas san Celestino V y Bonifacio VIII. Fue elegido General de su Orden en 1298 y dos años más tarde renunció y se retiró al eremitorio de San Leonardo al Lago, junto a Siena, donde llevó una vida de austera penitencia y de gran fervor religioso hasta su muerte. Dictó las constituciones para los frailes que asistían a los enfermos en el hospital de Santa María de la Scala (Siena). Su culto fue confirmado por el papa Clemente XIII en 1759.
Pasó a vivir en los eremitorios que existían en los entornos de Siena. Mientras se encontraba en el eremitorio de Rosia fueron descubiertas sus grandes dotes al escribir una breve memoria en defensa de los derechos de la comunidad y le fue ordenado que aceptase el presbiterado; fue ordenado en Roma. Le encargaron la redacción de las Constituciones de la Orden. Fue elegido Penitenciario apostólico del papa Nicolás IV, cargo que fue reconfirmado por los papas san Celestino V y Bonifacio VIII. Fue elegido General de su Orden en 1298 y dos años más tarde renunció y se retiró al eremitorio de San Leonardo al Lago, junto a Siena, donde llevó una vida de austera penitencia y de gran fervor religioso hasta su muerte. Dictó las constituciones para los frailes que asistían a los enfermos en el hospital de Santa María de la Scala (Siena). Su culto fue confirmado por el papa Clemente XIII en 1759.
No hay comentarios:
Publicar un comentario