(Anastasio del Monte Sinaí, Anastasio “el Ermitaño”).
Resucitado. Que resurgirá.
Se dice nacido en Siria, aunque este dato no es seguro. Durante su juventud vivió una vida de gran piedad. Cuando alcanzó la primera madurez, Anastasio abandonó el mundo y entró en el Monasterio de Santa Catalina sobre el Monte Sinaí, donde san Juan Climaco era entonces el abad. Allí, se enriqueció con el ejemplo de muchos monjes santos y fue ordenado sacerdote. Dotado de una gran humildad, Anastasio escribió las vidas de varios padres santos, así como otros libros considerados espiritualmente instructivos.
Después de san Juan Clímaco y de su hermano Jorge, Anastasio fue elegido abad del Sinaí. Se mostró entusiasta en su oposición a la herejía del monotelismo, la negación de la existencia de una voluntad humana en Jesucristo, así como del monofisismo y de las enseñanzas de los eutiquianos. Para ello, no dudó en abandonar su retiro cenobítico y viajar a Siria, Palestina, Egipto y Arabia para desarraigar la herejía y reforzar la doctrina de la iglesia oficial. En este marco, se le sitúa en Alejandría hacia el año 640 y cuarenta años después, entre los años 678-689, en tiempos del patriarca monofisita Juan III. El III Concilio de Constantinopla, en el año 680-681, pocos años antes de su muerte, pondría fin a esta herejía. Precisamente la mayor parte de su actividad literaria -poco estudiada aún- se concentró en esta polémica. Después de una larga vida de servicio a Dios, Anastasio murió.
Anastasio fue uno de los primeros en defender las enseñanzas del ángel de la guarda. Expuso que Dios otorga a cada cristiano un ángel para que lo cuide y lo proteja en todas las situaciones de su vida. Sin embargo, podemos alejar de nosotros a nuestro ángel de la guarda a causa de nuestros pecados, del mismo modo que las abejas huyen a causa del humo. Mientras los demonios trabajan para privarnos de la gracia de Dios, los ángeles santos nos guían para hacer el bien.
Aparte de su obra dogmática y apologética contra las herejías ("Hodegos" o "Guía del Verdadero Camino"), escribió una pequeña historia de éstas y de los sínodos eclesiásticos, un texto exegético (el "Hexamerón"), un comentario bíblico de la creación, varias homilías y un volumen de preguntas y de respuestas sobre cuestiones predominantemente morales ("Libro de las Ciento Cincuenta y Cuatro Cuestiones"). Entre sus homilías más conocidas se encuentra el "Sermón sobre la Santa Sinaxis" (o, también, "De la Sinaxis Cristiana") donde resume la doctrina sobre la Eucaristía y exhorta a los cristianos a comulgar dignamente. Es, por tanto, uno de los últimos escritores orientales a quienes se reconoce el titulo de Padre de la Iglesia. Es conocido en la Iglesia Ortodoxa, especialmente entre los griegos, como el Nuevo Moisés.
Después de san Juan Clímaco y de su hermano Jorge, Anastasio fue elegido abad del Sinaí. Se mostró entusiasta en su oposición a la herejía del monotelismo, la negación de la existencia de una voluntad humana en Jesucristo, así como del monofisismo y de las enseñanzas de los eutiquianos. Para ello, no dudó en abandonar su retiro cenobítico y viajar a Siria, Palestina, Egipto y Arabia para desarraigar la herejía y reforzar la doctrina de la iglesia oficial. En este marco, se le sitúa en Alejandría hacia el año 640 y cuarenta años después, entre los años 678-689, en tiempos del patriarca monofisita Juan III. El III Concilio de Constantinopla, en el año 680-681, pocos años antes de su muerte, pondría fin a esta herejía. Precisamente la mayor parte de su actividad literaria -poco estudiada aún- se concentró en esta polémica. Después de una larga vida de servicio a Dios, Anastasio murió.
Anastasio fue uno de los primeros en defender las enseñanzas del ángel de la guarda. Expuso que Dios otorga a cada cristiano un ángel para que lo cuide y lo proteja en todas las situaciones de su vida. Sin embargo, podemos alejar de nosotros a nuestro ángel de la guarda a causa de nuestros pecados, del mismo modo que las abejas huyen a causa del humo. Mientras los demonios trabajan para privarnos de la gracia de Dios, los ángeles santos nos guían para hacer el bien.
Aparte de su obra dogmática y apologética contra las herejías ("Hodegos" o "Guía del Verdadero Camino"), escribió una pequeña historia de éstas y de los sínodos eclesiásticos, un texto exegético (el "Hexamerón"), un comentario bíblico de la creación, varias homilías y un volumen de preguntas y de respuestas sobre cuestiones predominantemente morales ("Libro de las Ciento Cincuenta y Cuatro Cuestiones"). Entre sus homilías más conocidas se encuentra el "Sermón sobre la Santa Sinaxis" (o, también, "De la Sinaxis Cristiana") donde resume la doctrina sobre la Eucaristía y exhorta a los cristianos a comulgar dignamente. Es, por tanto, uno de los últimos escritores orientales a quienes se reconoce el titulo de Padre de la Iglesia. Es conocido en la Iglesia Ortodoxa, especialmente entre los griegos, como el Nuevo Moisés.
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