Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Balbina, cuyo título situado en el Aventino muestra la veneración que se tributó a su nombre.
En el Martirologio Romano anterior a la última reforma se leía: «En Roma, Santa Balbina, virgen, hija de san Quirino, mártir, que fue bautizada por el papa Alejandro y escogió a Cristo como su esposo en santa virginidad; después de terminar su curso en este mundo, fue sepultada en la Vía Apia, cerca de su padre.» Este relato, el tradicional de la santa, desgraciadamente depende de la inserción completamente gratuita del martirologista Adón, quien tomó ciertos detalles de las «Actas del papa Alejandro», que Beda prudentemente pasó por alto, y usó los nombres de Quirino, Teodora y Balbina para llenar tres nombres dejados en blanco en el mes de marzo. Las así llamadas «Actas de Balbina» son meramente un tardío plagio de las actas de Alejandro.
Según esta Actas se dice que era mártir (pero nada nos dice que fuera así); los más antiguos ponderan su virginidad y su perseverancia en "servir y agradar a su esposo Jesús, hasta que acabada en paz esta vida mortal, se fue al descanso de la gloria". La leyenda dice que era una joven pagana, como su padre, el tribuno militar san Quirino, quién tenía encarcelado por orden del emperador, al papa san Alejandro I.
Como oyera san Quirino, que el pontífice obraba curaciones milagrosas, le llevó a la cárcel su hija, que tenía escrófulas o paperas, con el fin de que la sanase; el Papa accedió a sus súplicas disponiendo que le quitaran la argolla que llevaba al cuello y que había pertenecido a san Pedro y se la colocasen a Balbina. Al sanar repentinamente la muchacha, se convirtieron padre e hija, junto con sus familiares y todos los demás presos que habían asistido al milagro. San Alejandro, los bautizó, después de lo cual instruyó debidamente a Balbina para que conservara su virginidad como era su deseo. Todos murieron mártires en defensa de su fe.
Todo lo que sabemos es que a mitad del camino entre la Vía Apia y la Vía Ardeatina, hubo un monasterio de Balbina, probablemente llamado así, porque fue construido en las propiedades de una dama cristiana, llamada Balbina. Por otra parte, parece que hubo una Balbina, llamada hija de Quirino, pero no puede haber sido la misma, ya que la primera vivió en época muy anterior y fue sepultada en la catacumba de Pretéxtato. Balbina fue honrada en una pequeña iglesia del siglo IV, en el Aventino, que llevó su nombre, pero es difícil determinar de cuál Balbina se trataba. La fecha que le asigna el Martirologio (anterior al 595) proviene de que esa pequeña iglesia es el único dato cierto que tenemos. Balbina fue muy venerada en la antigüedad.
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