Vencedor en el pueblo.
Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, san Nicolás Owen, religioso de la Compañía de Jesús y mártir, que durante muchos años creó refugios para acogida de sacerdotes, a causa de lo cual, bajo el reinado de Jacobo I, fue encarcelado y cruelmente torturado en el potro hasta exhalar el espíritu, confesando gloriosamente a Cristo Señor.
Nació en Inglaterra y era carpintero y bajo de estatura, era conocido familiarmente como «pequeño Juan» y «pequeño Miguel», y también se hacía pasar con los nombres de Andrews y Draper. Su confesor, quien lo había conocido desde su infancia, asegura solemnemente que conservó su inocencia bautismal, sin mancilla, hasta la muerte.
Cuando comenzó la persecución de los católicos durante el reinado de Jacobo I se dedicó a esconder sacerdotes perseguidos, gracias a sus cualidades artesanales y su destreza para encontrar lugares seguros. Salvó la vida a incontables sacerdotes católicos ocultándolos detrás de muros, en cámaras subterráneas y pasajes inaccesibles.
Cuando hacía ya algunos años que prestaba esos servicios, el padre Garnet lo admitió en la Compañía de Jesús por el año de 1580. Nicolás fue el primer inglés entre los hermanos legos, aunque por razones obvias, su relación con la orden se guardó en secreto.
martirio de san Nicolás Owen |
Eludió a las autoridades durante casi 20 años, hasta que finalmente consintió en ser capturado en lugar de un sacerdote al que había ocultado. Fue torturado para que revelara el escondite de los católicos, se le aplicó el potro de forma brutal, pero sus labios permanecieron sellados. Nicolás fue puesto en libertad, mediante una suma de dinero que pagó un caballero católico, porque según testimonio del padre Gerard, sus servicios como inventor de escondites para los sacerdotes eran indispensables para ellos y muchos otros.
Pronto demostró Nicolás que podía hacer algo más que esconder católicos: podía sacarlos de la prisión. Por dos veces fue detenido y torturado, y cuando fue arrestado por tercera vez se negó a dar información sobre la "Conjura de las pólvoras"; fue enviado a la Torre de Londres, cuyo carcelero, Wade, profesaba un odio fanático hacia la fe católica. Wade mantuvo a su víctima colgado, día tras día, a veces durante seis horas seguidas, a pesar de que Owen se encontraba enfermo y tenía una hernia, la cual le ceñían con una banda de acero. Owen rehusó firmemente contestar a las preguntas de Wade y afirmó que únicamente hablaría a Dios, invocando la ayuda de Jesús y de María. Al fin, el prolongado esfuerzo a que fue sometido estiró tanto el cuerpo del mártir, que sus entrañas se rompieron en forma espantosa. La banda de acero rasgó y ensanchó la herida y, en medio de terrible agonía, el hermano Nicolás pasó a recibir su recompensa eterna.
Al fin, después de haber servido fielmente durante 20 años, Se hicieron intentos para vilipendiarlo y atribuir su muerte al suicidio, pero su valor era conocido demasiado bien y la calumnia no fue aceptada. Fue canonizado por el beato Pablo VI el 25 de octubre de 1970.
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