Estrenó su sacerdocio en Valencia. De allí pasó a Béjar y, en 1923, al colegio María Auxiliadora de Santander. En 1927 fue destinado a Vigo-San Matías, y por último, en 1933, llegó a la casa madrileña de Estrecho, como encargado de la iglesia.
El 19 de julio de 1936 sufrió con su comunidad el asalto al colegio y los vejámenes de la multitud que, a él personalmente, le alcanzaron hasta causarle algunas heridas con derramamiento de sangre incluido. Al concedérsele la libertad en la Dirección General de Seguridad, unos amigos le acogieron en su casa en donde permaneció unos meses escondido. Por el mes de octubre de 1936, se le procuró refugio diplomático en la embajada de Finlandia. Pero ésta fue asaltada el día 3 diciembre y las personas allí acogidas trasladadas en bloque a la cárcel de San Antón. La presión internacional provocó que las autoridades republicanas liberaran a estos detenidos. Don Pío, al salir, se instaló en una pensión pero, aún con la identidad de un sobrino suyo, fue detenido de nuevo y llevado a la comisaría de Estrecho, de donde había partido la denuncia contra él por ser sacerdote salesiano.
Al ser mayor de cuarenta y cinco años, se le aplicó la ley de Evacuación, y se le condujo al Refugio de Evacuados de la calle García de Paredes. Estaba bien entrado ya el mes de marzo de 1937. Entre el 16 y el 20 de este mes, parece ser que don Pío fue “evacuado a Valencia”. Se ignora el lugar y el momento en que le asesinaron. “Entre los casos semejantes que se cuentan, a unos los hacían bajar del coche en Alcázar de San Juan, y allí los asesinaban; a otros los llevaban a Valencia, y allí se deshacían de ellos.” Beatificado por Su Santidad Benedicto XVI el 28 de Octubre de 2007, junto a otros 497 mártires de la persecución contra la fe en Madrid y Sevilla.
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