Inmortal. Perfume divino.
Su camino se separó de su amigo santo Tomás, mientras éste se dedicaba al estudio, Ambrosio se dedicaba a la predicación y a la pacificación, de manera que fue solicitado por los políticos de su tiempo, incluso del Papa. En el año 1260 fue uno de los misioneros del grupo de gente que evangelizaron Hungría. En 1266 Siena fue puesta bajo una interdicción por haber apoyado la causa del emperador Federico II, luego la enemistad con la Santa Sede. Los sienenses pidieron a Ambrosio que defendiera su causa ante el Pontífice Soberano, y lo hizo de manera tan exitosamente que obtuvo para su ciudad natal el perdón completo y la renovación de todos sus privilegios.
Los sienenses pronto deshicieron su alianza, una segunda vez Ambrosio obtuvo el perdón para ellos. El trajo una reconciliación entre el emperador Conrado de Alemania y el papa Clemente X. Cerca de esta época fue elegido obispo de su ciudad natal, pero rechazó el cargo. Por un tiempo, se dedicó a predicar sobre la Cruzada, y luego, a petición del papa Gregorio X, motivó los estudios, los cuáles los últimas guerras habéan prácticamente suspendido para ser reanudados en el convento dominico en Roma.
Predicó en Alemania, Francia e Italia; fue maestro de los "Sagrados Palacios". Después de la muerte del papa san Gregorio X, Ambrosio se retiró a uno de los conventos de su Orden de donde fue convocado por Inocencio V y enviado como Legado Papal a Toscana. Restauró la paz entre Venecia y Génova, y entre Florencia y Pisa. Sus biógrafos exhiben su vida como una de humildad perfecta. él amaba la poesía, y muchas leyendas se cuentan sobre sus victorias acerca de tentaciones carnales. Fue renombrado como predicador apostólico. Su oratoria, simple más que elegante, era más convincente y efectiva. Sus sermones, aunque una vez fueron recopilados, ahora no existen. Murió a causa de una vehemente predicación contra la usura, ya que sufrió la rotura de una vena. El culto que se le había tributado en Siena desde su muerte, fue confirmado en 1622 por Gregorio XV. Patrón de Siena.
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