Martirologio Romano: En Bourges, de Aquitania, santa Juana de Valois, que siendo reina de Francia, al ser declarado nulo su matrimonio con Luis XII se dedicó a servir a Dios, cultivando una especial piedad hacia la Santa Cruz y fundando la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María.
Era hija del rey Luis XI de Francia y de Carlota de Saboya. Había nacido en Noget-le-Roi, jorobada y algo coja, esto hizo que, cuando tenía cinco años, se la enviase fuera de la corte, al castillo de Linières, al cuidado de una familia noble y sin hijos. Incluso se la utilizó en un matrimonio de conveniencia con su primo el duque de Luis de Orleans (un niño de dos años), quién no consumó el matrimonio por el desdén que mostraba hacia su mujer, según manifestó su marido, pero Juana siempre negó este hecho. Cuando su esposo fue encarcelado por rebelión contra su rey (en la llamada “Guerra loca”) en 1488, Juana intercedió ante su hermano, el rey Carlos VIII; no tuvo ningún agradecimiento por parte de su esposo.
En el 1498, el nuevo soberano Luis XII, su esposo, activó los trámites para la anulación del matrimonio, y no invitó a su esposa a su coronación. Alegó que se había casado con su esposa por temor al rey Luis XI. El papa Alejandro VI reconoció la nulidad por defecto de consentimiento y por causa de parentesco. Así Juana pasó a ser simplemente la duquesa de Berry y se retiró a Bourges, capital del su dominio, donde, intentó gobernar sus territorios con la mayor justicia y caridad, con la asistencia a los pobres y enfermos, sobre todo durante la epidemia que afectó la región entre 1499 y 1500. Fue Terciaria franciscana y gran amiga de san Francisco de Paula.
En el 1498, el nuevo soberano Luis XII, su esposo, activó los trámites para la anulación del matrimonio, y no invitó a su esposa a su coronación. Alegó que se había casado con su esposa por temor al rey Luis XI. El papa Alejandro VI reconoció la nulidad por defecto de consentimiento y por causa de parentesco. Así Juana pasó a ser simplemente la duquesa de Berry y se retiró a Bourges, capital del su dominio, donde, intentó gobernar sus territorios con la mayor justicia y caridad, con la asistencia a los pobres y enfermos, sobre todo durante la epidemia que afectó la región entre 1499 y 1500. Fue Terciaria franciscana y gran amiga de san Francisco de Paula.
En el año 1500, fundó junto con el beato Gabriel María Nicolás, la Orden de la Santísima Anunciación de la Bienaventurada Virgen María o de las "diez virtudes de María" o la Anunciata (las Anunciatas), cuyo fin será la vida de piedad a imitación de la Virgen y la ayuda a los menesterosos. Cambió su nombre de Juana de Francia por el de Gabriela María. Murió en Bourges. Fue canonizada el 28 de mayo de 1950 por Pío XII.
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