Que goza de vida.
Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Vitaliano, papa, que trabajó incansable por la salvación del pueblo de los anglos.
Nació en Segni. Sucedió en el papado a san Eugenio I, en un momento en que las relaciones con el Imperio bizantino no eran buenas a causa de la herejía monotelita. Su pontificado sirvió para mejorar las relaciones entre Roma y Constantinopla. El emperador Constante II, acudió a Roma para restablecer y sellar las relaciones con el papado, y aunque fue recibido con gran pompa, no evitó que el emperador consintiera que sus tropas, arrancasen el bronce que adornaban los monumentos, sin excluir la iglesia de Santa María ad Martires.
Posteriormente el emperador Constante II fue hostil a la Iglesia de Roma, preocupado por el poder del Papa. En el 666 aprobó la autocefalia de la iglesia de Rávena respecto a Roma e impuso cargas cada vez más pesadas sobre el patrimonio de la Iglesia romana. La situación mejoró con su sucesor Constantino IV, que no olvidó el apoyo que recibió de Vitaliano contra el usurpador Mezecio. Ello propició una nueva fase de distensión.
Nombró a san Teodoro de Tarso, obispo de Canterbury, y con él se dio un empuje a la misión inglesa con los santos Benito Biscop y Adrián, también obispo de Canterbury. Dio un nuevo impulso a la reorganización litúrgica y, en particular, a la escuela de canto de San Juan de Letrán, cuyos miembros fueron llamados “vitalianos”. Murió en Roma y está sepultado en la basílica de San Pedro del Vaticano.
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