Yelmo, protector noble.
En todos los países europeos, excepto los de habla hispana, se le conoce por san Adelelmo. Nació en Loudun (la actual Anjou), en Aquitania, en una familia acaudalada. Le dedicaron al estudio, y fue un joven que se distinguió por la ejemplaridad de su comportamiento; pronto hizo la carrera militar. Muertos sus padres, le pareció oír la famosa frase de Jesús: "Vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, ven y sígueme". Repartió sus bienes entre los pobres, vistió las ropas de uno de sus antiguos criados y fue en peregrinación a Roma. En su peregrinación hizo una parada en la abadía benedictina de Chaisse-Dieu, fundada por san Roberto, donde fue recibido por su abad Norberto, que quiso retenerlo, pero se decidió que terminase su peregrinación y pactó con el abad tomar el hábito a su vuelta. Sin llevar absolutamente nada para el camino, ni dos túnicas, ni bolsa de dinero, según el mandato evangélico, siguió camino a Roma, donde permaneció como peregrino mendicante dos años, venerando las tumbas de los mártires y los lugares sagrados. Finalmente volvió a Chaise-Dieu, aunque tan demacrado y consumido por los ayunos y la penitencia, que ni siquiera fue reconocido por san Roberto.
Se hizo benedictino en la abadía de Chaisse-Dieu, donde emitió su profesión monástica y, en 1077, fue elegido abad y recibió la ordenación sacerdotal. Se dice que hacía curaciones milagrosas. Su fama se extendió por toda Francia e Inglaterra. El se quiso retirar a la soledad y en 1079 renunció a su cargo.
A petición de la reina Costanza, esposa de Alfonso VI de Castilla, fue destinado a Burgos donde introdujo la reforma de Cluny, y la liturgia romana en sustitución de la mozárabe. Construyó la iglesia de San Juan Evangelista (hoy de San Lesmes) y su hospedería para los peregrinos de Compostela, recordando que una vez él también fue peregrino. Su principal virtud fue la caridad frente a los necesitados. Ya en vida gozó de merecida fama de santidad y de taumaturgo. Después de un acceso de fiebres, recibidos los ritos últimos y besada la cruz, encomendó su espíritu al Señor, y murió, en el año 1097, según se calcula en la actualidad. En su tumba se obraron numerosísimos milagros, y su fama de santidad no dejó de extenderse. Su cuerpo reposa en la actualidad en Burgos, en la iglesia a él dedicada. Patrón de Burgos. Tiene culto local.
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