9 de enero de 2015

OTROS SANTOS DEL DÍA:




San Marcelino de Ancona. M. 576. 
Martirologio Romano: En la ciudad de Ancona, en el Piceno (hoy Italia), san Marcelino, obispo, que, según escribió el papa san Gregorio I Magno, por gracia de Dios libró a la ciudad de un incendio.
Nacido en la ciudad italiana de Ancona, fue consagrado obispo de esa diócesis alrededor del año 550. De él habla san Gregorio Magno en sus “Diálogos”: "Un día la ciudad de Ancona se incendió; el fuego se desarrolló rápidamente y los habitantes no eran capaces de extinguirlo, así que la ciudad se vio amenazada por la ruina. Marcelino (a quien la gota impedía caminar) se hizo llevar hasta el lugar del siniestro y se puso justo delante del fuego; de repente las llamas se apagaron, incapaces de pasar al lugar en el que estaba el obispo".
Tradiciones hagiográficas posteriores lo hacen de la noble familia local de Boccamajore, y tercer obispo de Ancona, sin que haya propiamente elementos para verificar estos datos. Su cuerpo se conserva como reliquia en una tumba en la cripta de la catedral de Ancona.

San Honorato de Buzançais. M. 1250. 
(fr.: Honoré de Buzançais). 
Honrado.
Martirologio Romano: En Thénézay, en la región de Poitiers, en Aquitania (hoy Francia), san Honorato de Buzançais, que, siendo tratante de ganado, repartía su dinero entre los pobres y fue asesinado por unos ladrones a los que reprendía.
Nació en Buzançais (Berry). Tratante de ganado. Compasivo y generoso repartió su dinero entre los pobres también dotó a las jóvenes casaderas pobres de su parroquia. Al regreso de un viaje descubrió que sus servidores le habían robado y les resprendió; éstos en represalia le mataron en Thénézay, en la región de Poitiers, en Aquitania, donde se le venera como mártir. 
Su cuerpo fue hallado y reconocido, y al contacto con sus restos comenzaron a ocurrir milagros: curaciones, etc., así que inmediatamente surgió la disputa entre Thénezay y Buzançais por la posesión de tan preciado tesoro, hasta que se dividió en dos: el cuerpo fue a su lugar de nacimiento, y la cabeza quedó en el de su muerte, y en torno a ella se erigió una iglesia, y se formalizó el culto. Tiene culto local. Es invocado contra los cólicos.

Beato Antonio Fatati. (1410-1484).
Floreciente. El defensor, el enemigo de los burros
Martirologio Romano: En Ancona, en la región del Piceno (hoy Italia), beato Antonio Fatati, obispo, que en todas las misiones que le encomendaron los Romanos Pontífices se mostró prudente y ecuánime, austero para sí y generoso para con los pobres y necesitados.
Natural de Ancona. Fue un clérigo ejemplar y prelado ejemplar, que llevó una vida piadosa y austera, dedicado con total entrega al servicio de la Iglesia y de los papas, acreditado por su generosidad hacia los pobres, por su celo pastoral y por su prudente gobierno. Fue arcipreste de la catedral de Ancona; el papa Nicolás V lo nombró su capellán mayor y lo nombró canónigo de San Pedro del Vaticano; después lo envió como tesorero en las Marcas de Ancona, de la que luego fue gobernador y vicario papal en 1454. 
Fue nombrado obispo de Téramo, y como tal acompañó al papa Pío II al congreso de Mantua. En 1463 fue nombrado obispo de Ancona. Puso a disposición del papa Pío II, el puerto de Ancona para el embarco de la cruzada que este Papa había creado. Pablo II y Sixto IV le confiaron diversos cargos que cumplió con gran fidelidad, sin que nunca estos honores le desviaran de su vida de santidad y de pobreza y austeridad. Tuvo relación con Santiago de la Marca y el rey de Nápoles, Alfonso VI el Magnánimo. Murió en Ancona. En 1795, Pío VI confirmó el culto que se le da en la catedral de Ancona, donde se conserva su cuerpo en un túmulo-relicario.  

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