Santa Taciana de Roma. M. c. 227.
De Tacia.
Mártir en Roma, durante el gobierno de Alejandro Severo o Septimio Severo; como se negó a sacrificar a los dioses la infligieron terribles torturas, hasta que la decapitaron o la arrojaron las fieras.
Se piensa que es una leyenda ya que sus Actas están escritas en eslavo, y se cree que es el desdoblamiento de las santas Priscila y Martina refundidas en una sola para los países eslavos. Es muy venerada por la iglesia rusa y griega que se la conoce como Tatiana.
Santos Tigrio y Eutropio. M. c. 406.
(Tigre). (Eutrapio).
Tigrio: Tigrino. Eutropio: Adaptado, versátil.
Martirologio Romano: En Constantinopla (Estambul, hoy en Turquía), santos mártires Tigrio, presbítero, y Eutropio, lector, a los cuales, en tiempo del emperador Arcadio, se les acusó falsamente de haber incendiado la iglesia principal y el palacio senatorial como reacción al destierro del obispo san Juan Crisóstomo, y fueron sometidos al martirio bajo Optato, prefecto de la ciudad, partidario del culto a los falsos dioses y contrario a la religión cristiana.
Tigrio era un eunuco (no de nacimiento sino por esclavitud) y antiguo esclavo, a quien san Juan Crisóstomo amaba mucho por sus virtudes, que había sido elevado al presbiterado (no era habitual que se aceptaran candidatos eunucos, pero podía ocurrir) y tenía trato frecuente con el santo doctor. Eutropio era lector de la iglesia de Constantinopla; ambos eran leales seguidores de su obispo san Juan Crisóstomo. Cuando éste fue exiliado los dos fueron acusados falsamente de haber quemado la catedral y la casa del senado de Constantinopla y fueron torturados de forma cruel.
Un hereje novaciano, usando su influencia en el magistrado, había acusado a los católicos. Tigrio y Eutropio, como allegados de san Juan Crisóstomo, fueron inmediatamente detenidos, con el fin que informaran al prefecto Optato sobre quienes eran los culpables. Sin embargo, a pesar de las torturas, ninguno pronunció una sola palabra que pudiese comprometer a otros. Eutropio murió a causa de ellas, mientras Tigrio sobrevivió y fue deportado a Mesopotamia donde murió a causa de las torturas.
Beata Lucía de Valcaldara. (1370-1430).
Nació en Nursia en el seno de una rica familia. Se consagró totalmente al Señor cuando tenía sólo 15 años. Fundó, con siete compañeras, una comunidad religiosa que se estableció junto a una casa paterna. Su elección de vida fue un ejemplo para toda la ciudad de manera que en el 1386 el Consejo comunal decidió ayudarlas. Anteriormente, el Patriarca de Jerusalén, Fernando, administrador de la diócesis de Spoleto-Norcia, las había reconocido como comunidad poniendo el convento bajo la protección de san Jerónimo.
En 1390, Lucía fundó otro monasterio y la iglesia de Santa María en Valcaldara (pedanía de Nursia). Con sus compañeras se puso bajo la obediencia del obispo, llevando hábito, haciendo vida en común y observando la norma evangélica, “no profesando durante muchos años alguna Regla aprobada de la Iglesia”.
En 1407 los dos cenobios se unieron, con la aprobación del obispo Agustín, dando vida al monasterio de Santa Clara. Se definieron como Hermanas Pobres de Santa Clara, manifestando la voluntad de seguir la Regla, no pudiéndola seguir en cuanto había sido sustituida por la Regla de Urbano IV. Lucía murió con fama de santidad en Nursia. Su cuerpo, todavía incorrupto, está expuesto en la iglesia de las clarisas de Santa María de la Paz. Es patrona de Valcaldara.
Beato Antonio Fournier. (1736-1794).
Martirologio Romano: En Preuilly, del Anjou, en Francia, beato Antonio Fournier, mártir, el cual, artesano de oficio, fue fusilado durante la Revolución Francesa por su fidelidad a la Iglesia.
Nació en La Poitevinière, (Maine-et-Loire, Francia). Estaba casado y era padre de familia, y trabajaba como artesano.
La guerra de La Vandee enfrentó a los monárquicos con los revolucionarios: por una parte era un pueblo en defensa de su religión y su fe, contra un ejército revolucionario que quería que Francia no volviera al antiguo Régimen. Entre los que lucharon, muchos lo hicieron exclusivamente por motivos religiosos. Uno de ellos es precisamente nuestro beato, que es citado como ejemplo en la homilía de la misa de beatificación: a la pregunta “¿estáis entonces dispuesto a ir a la muerte por vuestra religión?”, Fournier respondió una única palabra: «Sí». Fue fusilado el 12 de enero de 1794 cerca de Avrillé, en el actualmente llamado Campo de los Mártires. Fue beatificado en el conjunto de los mártires de Angers el 19 de febrero de 1984.
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