Martirologio Romano: En el acantilado de Santander, España, beato Andrés Gómez Sáez, presbítero salesiano y mártir, arrojado al mar a causa de su fe.
Autorizada por el director la disolución de la comunidad, don Andrés se hospedó en una fonda de la calle Atarazanas, por los alrededores de la catedral. Durante los primeros meses de la guerra subía frecuentemente por el colegio. Cambiaba impresiones con los salesianos que se habían quedado allí, atendiendo a la colonia infantil, y comentaba los sucesos acaecidos en la ciudad. Cuando evacuaron la colonia y los salesianos se dispersaron por la ciudad, todavía mantuvo contacto con algunos; los visitaba en su domicilio y él, a su vez, recibía visita de ellos. Parece ser que su residencia, cercana a la catedral, le daba oportunidad de ejercer su ministerio, al menos ocasionalmente.
Lo único que se sabe es que el día primero del año 1937, después de comer, don Andrés salió a pasear por el muelle. Cuando se encontraba observando las lanchas que hacían la travesía de Pedreña, dos milicianos se le acercaron y le detuvieron. No se han podido averiguar más detalles sobre su desaparición. Lo más probable es que aquella misma noche del día 1 de enero de 1937 lo llevaran al faro y lo precipitaran por el acantilado. Era el género de martirio mayormente usado en Santander. Para algunas víctimas, el tormento sanguinario o la muerte precedían al despeñamiento; otras eran precipitadas vivas, con las manos atadas. Fue beatificado por Benedicto XVI el 28 de octubre de 2007.
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