Ana: Gracia de Dios, benéfica, compasiva.
María: Excelsa. Amada de Dios. Hermosa, espejo. Amargura.
Nació en Cervera de la Segarra, ciudad enclavada en la provincia de Lérida y perteneciente a la diócesis de Solsona. Anna Maria desde los primeros años de su existencia recibió una muy buena formación católica, gracias a su familia, a la escuela y a la parroquia. Muy joven se ejercitó en la piedad, así como en las visitas a los enfermos del Santo Hospital de Cervera.
A los 18 años pasó a formar parte de la comunidad de Hermanas del Santo Hospital de Cervera. Esto significaba consagrarse a Dios y a la caridad. Ella se dedicará de forma generosa a atender a los pobres y a los enfermos, el amor a Dios la conduce a ello. Servirles es servir a Cristo mismo. La vida de Anna Maria será uno de los innumerables frutos de caridad originados en el amor a Dios. Caridad que, a través de los años de su vida, tendrá un acicate en numerosas miserias de su tiempo: las pestes de cólera, las múltiples guerras, el laicismo,...
En 1836 algunas personas de ideología liberal expulsaron a las Hermanas del Santo Hospital de Cervera. Entonces, Anna Maria se verá imposibilitada de ocuparse de sus necesitados. Por esto durante un año se dedicará a la enseñanza. Pero ella quería volver con los enfermos. Ante esta situación decide acudir al Sr. Obispo de la diócesis para pedirle consejo. Pero al llegar a la ciudad de Solsona se encuentra con gran cantidad de heridos de guerra. Entonces se ocupará del hospital de sangre de Solsona. Posteriormente se dedicará sucesivamente a otros enfermos: Hospital de Berga, Vall d´Ora y la Boixadera. Y dadas las contingencias bélicas, decide pasar los Pirineos. En 1844 regresa a Cervera, procedente del exilio. En Cervera se ocupará de la caridad. La encontraremos en el Hospital de Cervera y después en la Casa Caridad.
Monseñor Josep Caixal y Estradé, Obispo de la Seu d´Urgell, pidió a la Madre Anna Maria que se ocupara de los pobres de la Seu d´Urgell. De este modo llegará a nacer un nuevo instituto de hermanas de la caridad: el Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell.
La fundadora, Anna Maria, tenía sus raíces en Cervera y había madurado su experiencia religiosa en diversos crisoles. La misión de la nueva institución era la educación cristiana de los niños y de los jóvenes, y la asistencia a los enfermos y a los ancianos. Ella misma se había ocupado en numerosas ocasiones, no sólo del cuidado de los enfermos y ancianos, sino también de la educación religiosa, cosa ésta especialmente necesaria en aquella calamitosa época. El instituto recién nacido, cuya aprobación diocesana había tenido lugar en 1860, se encontraba con unos tiempos nada fáciles; tuvo que lidiar con la revolución de 1868, con el sexenio revolucionario o democrático (1868-1874), con la tercera guerra carlista (1872-1876), con la Primera República (1873),... Así, se sucedieron los cierres de las casas de las religiosas, las expulsiones de las Hermanas de los centros,... El nuevo instituto hubo de pasar también por algunos momentos internos difíciles. Finalmente, éstos se resolvieron gracias a la mediación de Monseñor Salvador Casañas, Obispo de la Seu d´Urgell, que promovió un capítulo general en el cual fue elegida madre general la M. Anna Maria Janer Anglarill, asegurándose así la identidad fundacional del nuevo instituto.
El sentido de la vida de la M. Anna Maria Janer Anglarill resulta muy claro. Su vida transcurrió durante casi todo el siglo XIX español, ya que va de 1800 a 1885. Frente a la ideología del laicismo opuso la instrucción religiosa y la unión de la caridad. La congregación de la M. Anna Maria Janer, de derecho pontificio, continuadora de su obra, se halla actualmente extendida por 11 países de todo el mundo, sembrando la caridad, el amor, la instrucción religiosa. Fue beatificada por SS Benedicto XVI el 8 de octubre de 2011.
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