Martirologio Romano: En Almería, en España, pasión de los beatos mártires Diego Ventaja Milán, obispo de Almería, y Manuel Medina Olmos, obispo de Guadix-Baza, que, encarcelados por odio al nombre de cristiano, soportaron pacientemente insultos y sevicias, hasta que por la noche fueron ejecutados.
Diego nació en Ohanes (Almería); su padre era herrero. Muy joven pidió a su madre ser sacerdote, quizás por esta razón la familia se trasladó a vivir a Granada, donde conoció una gran pobreza; luego la familia se estabilizó y él fue admitido como fámulo por el abad del Sacro Monte. En 1888 comenzó sus estudios en esta abadía y tuvo como compañeros a varios siervos de Dios: Andrés Manjón y José Gras Granollers. Consiguió una beca en Pontificio Colegio Español de Roma para estudiar en la universidad Gregoriana. Fue ordenado sacerdote en 1902 en Roma. En Granada fue un gran catequista y pedagogo; fue un predicador incansable y de profunda espiritualidad y conocido por su desprendimiento y humildad en Sacro Monte, donde logró una canonjía en la iglesia magistral;permaneciendo más de 12 años de capellán en el Sacro Monte, cuando diferentes obispos amigos suyos, entre ellos el de Madrid-Alcalá, le ofrecieron en sus diócesis los primeros cargos, no aceptando aquellos ofrecimientos porque, decía, todo lo que él era lo debía al Sacro Mote y él debía dedicar su servicio y actividad. Colaboró estrechamente con don Manuel Medina en la obra de las Escuelas del Ave María.
En la vida de Diego se pueden distinguir dos épocas: una anterior a la muerte de su madre; otra la que siguió a este hecho. De salud pobre y enfermiza, puesto que tenía un pulmón gravemente lesionado mientras vivió su madre, sin faltar a su deber, evitó cuanto pudiera perjudicar su salud. Muerta su madre se entregó tan de lleno a la vida de apostolado que menospreciba todas las demás cosas.
En el 1935, fue nombrado obispo de Almería por el papa Pío XI. En su consagración lo presentó su compañero de martirio el obispo de Guadix, el beato Manuel Medina Olmos. Ejerció su ministerio episcopal durante un año en el que intentó hacer un viaje pastoral, para conocer la diócesis y sus problemas.
Al estallar la guerra civil tuvo posibilidades de ponerse a salvo, pero nunca quiso dejar a sus feligreses: "nunca deseé ser obispo; de lo que no me arrepiento es de ser sacerdote". Tuvo que abandonar el palacio episcopal y marchó a la casa del Vicario General, donde fue detenido, junto con el obispo de Guadix, Manuel Medina y trasladados en la cárcel de las Adoratrices, primero estuvieron aislados y luego los reunieron con religiosos lasalianos y sacerdotes diocesanos. Les obligaron a dejar el traje eclesiástico. Serán trasladados al barco “Astoy Mendi” convertido en prisión, y luego al “Jaime I” donde realizaron tareas de limpieza con el escarnio de los tripulantes. Después volvieron al “Astoy Mendi”. Fueron sacados del barco con otros religiosos y seglares y llevados en una camioneta hasta el llamado Barranco del Chisme, en la carretera que va de Almería a Motril. En término municipal de Vícar donde les hicieron bajar y dieron la orden de fusilarlos; el obispo Medina pidió hablar y dijo que ellos no habían hecho nada que mereciera la muerte, pero que los perdonaba para también ser perdonado por Dios, y deseaba que la suya fuera la última sangre.
Manuel nació en Villa de Lanteira (Granada), en el seno de una familia campesina. Muerta su madre, pasó a Caniles con un tío suyo, párroco de la localidad. Ingresó en el seminario de Guadix donde realizó sus estudios llegando a ser doctor en Teologia. También estudió en la universidad civil de Granada donde se licenció en Derecho civil y Filosofía y Letras, cuando ya era sacerdote.
Fue ordenado sacerdote en 1891, fue nombrado párroco del Sagrario de la catedral de Guadix y prefecto de estudios del seminario diocesano. En 1892 obtuvo una canonjía en el Sacromonte de Granada, donde residió 36 años, donde ejerció la enseñanza y durante 10 años fue rector del colegio, dio misiones por los pueblos de Granada y Almería. Fue íntimo colaborador de don Andrés Manjón y desempeñó diversos cargos en el movimiento educativo "Ave María"; en 1923 fue elegido director de estas escuelas. Fue considerado el catequista más cualificado de su tiempo. En 1926, fue consagrado obispo auxiliar de Granada en Roma, tuvo muy pronto dificultades con el cardenal de Granada, que le confió cargos y misiones menores; mientras Don Manuel se dedicó a su canonjía y a las escuelas del "Ave María", pero por una queja del cardenal a la nunciatura, como pasó con Diego Ventaja, tuvieron que dejar sus canonjías. También presentó su dimisión como obispo auxiliar pero no le fue aceptada y continuó con su trabajo en las Escuelas el Ave María y en la visitas pastorales. En 1928 fue elegido obispo de Guadix-Baza, donde procuró estar siempre atento a sus feligreses en sus necesidades espirituales y materiales. Se dedicó especialmente a los pobres. En 1934, fue nombrado administrador apostólico de Almería, donde estuvo un año, simultaneando su cargo con el de obispo de Guadix, hasta que fue nombrado obispo su amigo el beato Diego Ventaja.
En 1936, fue detenido a causa de su condición de obispo, pudo haber huido pero no quiso; compartió prisión y martirio con el obispo de Almería, Diego Ventaja y con los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Fue trasladado al barco-prisión "Ascoy Mendi" y obligado a hacer trabajos manuales en el acorazado Jaime I, donde sirvió de burla a los marineros; antes de ser fusilado en el barranco del Chisme, en Almería, perdonó a sus ejecutores "para que Dios me perdone a mí". Sus restos fueron rociados con gasolina y quemados, y ahora reposan en la catedral de Almería. Los dos obispos fueron beatificados en Roma el 10 de octubre de 1993 por san Juan Pablo II.