(Verdiana, Veredigna, Veridiana).
Fresco, juvenil, jardín. Sincera, verdadera.
Martirologio Romano: En Castro Fiorentino, en la Toscana, santa Viridiana, virgen, que vivió como reclusa desde la juventud hasta la ancianidad.
Nació en Castelfiorentino, Toscana. Pertenecía a la noble familia de los Attavanti; al quedarse huérfana, tuvo que trasladarse a casa de un tío mercader que, al comprobar su inteligencia, la nombró administradora de sus bienes. Se cuenta que de lo ganado en un día lo gastó todo en dárselo a los pobres, pero la Providencia mantenía intactos los almacenes de su tío, mientras ella daba de comer a todos los necesitados.
Sintió la llamada de la soledad y de la penitencia y, para estar segura de ello, marchó en peregrinación a Santiago de Compostela y después a Roma. De esta forma reafirmó que su camino estaba en la soledad y se encerró en su pueblo, en un oratorio dedicado a San Antonio Abad. En esta celda pasó 34 años de su vida dedicada a la oración y contemplación, así como a la ayuda a los pobres a los que ayudaba con las limosnas que le entregaban sus vecinos. Muchos se acercaron a pedirle consuelo, consejos y oraciones (san Francisco de Asís fue uno de sus visitantes, y se dice que ingresó como terciaria franciscana). Su fama de santidad se extendió por toda Italia.
La Orden de Vallumbrosa la tiene inscrita en su santoral ya que se dice que perteneció a esta Orden, de hecho se la rafigura con el hábito vallumbrosiano. Su culto fue aprobado por Clemente VII en 1533. Patrona de Castelfiorentino y de Florencia.
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