Martirologio Romano: En Madrid, en España, beatos Cristino (Miguel) Roca Huguet, presbítero, y once compañeros, mártires, de la Orden de San Juan de Dios, fusilados durante la guerra por odio a la religión.
Sus nombres son: Proceso (Joaquín) Ruiz Cascales, Eutimio (Nicolás) Aramendía García, Canuto (José) Franco Gómez, Dositeo (Guillermo) Rubio Alonso, Cesáreo (Mariano) Niño Pérez, Benjamín (Alejandro) Cobos Celada, Carmelo (Isidoro) Gil Arano, Cosme (Simón) Brun Arará, Cecilio (Enrique) López López, Rufino (Crescencio) Lasheras Aizcorbe y Faustino (Antonio) Villanueva Igual, religiosos.
Pertenecían a la comunidad del instituto-asilo San José, de Carabanchel Alto, institución dedicada a enfermos epilépticos, y en la que radicaba la Escolanía Apostólica. El instituto, situado en las afueras de Madrid, pudo soportar las difíciles circunstancias de 1936 hasta que, declarada la guerra el día 18 de julio, se recibió el día 29 la visita de un grupo de milicianos que rodearon la casa y exigieron a los religiosos se concentraran en una sala, mientras ellos procedían a un riguroso registro que duró tres horas, alegando que buscaban armas. Cuando éstas no aparecieron por ninguna parte se marcharon, pero exigieron que cesara todo acto de culto o manifestación religiosa, debiendo retirarse de la iglesia todas las imágenes, y debieron los hermanos reunirse en el sótano de la ropería para poder efectuar sus rezos. Así estuvieron un mes entero, sin dejar -tal como era la consigna del P. General de la Orden- la atención a los enfermos.
Pero el 29 de agosto llegó el alcalde de Carabanchel con el secretario y varias personas armadas y comunicaron a los hermanos que cesaban en la dirección del instituto, les exigieron la entrega de los libros de la administración y el dinero, y avisaron a los hermanos que deberían marcharse pero que ellos les dirían cuándo. El día 1 de septiembre estaban los hermanos en las enfermerías disponiendo la comida de los enfermos cuando llegó otro grupo de hombres armados con orden de llevarse a los hermanos. Los religiosos fueron arrestados del peor modo, cacheados y obligados a subir a un autocar. Éste tomó la carretera de Boadilla del Monte y llegó al llamado Charco Cabrera. Aquí se les hizo bajar del autocar y se les alineó, fueron seguidamente fusilados y arrojados a una fosa. Cuando los hermanos vieron que se les iba a matar gritaron vivas a Cristo Rey. Sus cadáveres serían exhumados en 1942 y trasladados a la cripta del instituto. Fueron beatificados el 25 de octubre de 1992 por el papa Juan Pablo II en el grupo de 71 Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios muertos durante los días de la Guerra Civil. Sus datos personales son:



Canuto Franco Gómez había nacido en Aljucer (Murcia) en 1871 y fue bautizado con el nombre de José. Ingresó en los carmelitas pero hubo de dejarlo por motivos de salud. Posteriormente, en 1893, fue aceptado en la Orden Hospitalaria. Padecía de sordera y era delicado de salud, por lo que, una vez profesado con el nombre de «hermano Canuto», se le dedicó a sacristán. Tenía una fina sensibilidad artística y era buen pintor, conservándose pinturas suyas de corte delicado.
Dositeo Rubio Alonso nació en Madrigalejo (Burgos) en 1869 y fue bautizado con los nombres de Guillermo Tomás. A los 25 años ingresó en la Orden Hospitalaria, desempeñando su servicio en las casas de Ciempozuelos, Zaragoza, San Baudilio de Llobregat, Santa Águeda, Barcelona, Pamplona, Gibraltar, Granada, Calafell y Carabanchel Alto. Era muy humilde y servicial.

Benjamín Cobos Celada nació en Palencia en 1887 y se le impuso en el bautismo el nombre de Alejandro. Ingresó en la Orden Hospitalaria a los 14 años y al iniciar el noviciado tomó el nombre de «fray Benjamín». Hizo los estudios de practicante y por ello en todos los centros a donde fue enviado tuvo el oficio de enfermero: Ciempozuelos, Barcelona, Madrid, San Baudilio de Llobregat, Málaga y Carabanchel Alto, desempeñando su oficio con gran competencia y dedicación.



Rufino Lasheras Aizcorbe nació en Arandigoyen (Navarra) en 1900, siendo bautizado con el nombre de Crescencio. Educado cristianamente, era un joven verdaderamente piadoso y caritativo. A los 27 años optó por la Orden Hospitalaria y al iniciar el noviciado tomó el nombre de «fray Rufino». En todas las casas por donde pasó dejó fama de religioso observante, siendo su último destino la de Carabanchel Alto.
Faustino Villanueva Igual nació en Sarrión (Teruel) en 1913 y fue bautizado con el nombre de Antonio. Muerto su padre cuando tenía 4 años, se encargó de él su abuela materna que lo educó cristianamente. Ingresó en la Escuela Apostólica de Ciempozuelos a los 10 años. Vuelve a su casa en 1930 por enfermedad, pero una vez repuesto regresa a la Escuela Apostólica, e ingresa en el noviciado con el nombre de «fray Faustino». Destinado a la comunidad de Carabanchel Alto, de la que saldría para el martirio.
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