25 de julio de 2015

Santos VALENTINA, TEA y PABLO. M. 308. 


Martirologio RomanoEn Cesarea en Palestina, santos Valentina, Tea y Pablo, mártires en la persecución del emperdor Maximiano, bajo el gobernador Firmiliano. La virgen Valentina, que había tirado a patadas un altar dedicado a los ídolos paganos, después de varias torturas crueles, corrió al encuentro del Esposo arrojada al fuego junto a la virgen Tea; Pablo, en cambio, fue condenado a muerte, después de obtener un breve tiempo para la oración e implorar con todo el corazón a Dios por la salvación de todos, recibió la corona del martirio con la decapitación

Santa Valentina
Mártires en Cesarea de Palestina durante la persecución de Maximino II. Firmiliano, el sucesor de Urbano en el gobierno de Palestina, llevó adelante con gran crueldad la persecución contra los cristianos. 
Entre los cristianos arrestados en Gaza durante una reunion en la que leían la Sagrada Escritura, figuraba una doncella llamada Tea -o Dea-, originaria de dicha ciudad. El juez la amenazó con prostituirla en un lupanar. Tea echó en cara al tirano su indecencia y Firmiliano, enfurecido, la mandó azotar y torturar. 
Dice Eusebio, refiriéndose a Valentina: "otra mujer, que como la primera, había abrazado el trabajo de la virginidad, de apariencia exterior completamente mezquina y de vista despreciable, pero de alma robusta y de decisión más firme que su cuerpo, no pudiendo soportar lo despiadado, lo cruel, lo inhumano de aquel espectáculo; ¿Hasta cuando- le gritó al juez de en medio de la muchedumbre- estarás tan cruelmente atormentado a mi hermana?". El juez mandó que se la detuviera, y ella, cuando llegó al estrado de un puntapié tiró el incensario y fue torturada y condenada a morir quemada. Según Eusebio: "era de Cesarea, era de muchos conocida y se llamaba Valentina".
También en Gaza, este mismo día, fue decapitado por causa de la fe un cristiano llamado Pablo. En el sitio de la ejecución oró por sus compatriotas, por la propagación de la fe, por todos los presentes, por el emperador, por el juez y por el verdugo.

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