Martirologio Romano: En el monasterio de Grandselve, en la región de Toulouse, en Francia, beato Bertrando, abad, que para restablecer la disciplina regular unió su monasterio a la Orden Cisterciense.
Abadía actual de Grandselve |
Fue durante 20 años, abad del monasterio de Grandselve (Gran Selva en Tolosa, Francia). Uno de sus monjes testifica que “era un hombre de incomparable simplicidad y pureza de corazón, amable con todos por la dulzura y bondad, fuerte en la adversidad, grande en el amor”. Se dedicó a la predicación y estuvo en Francia meridional para combatir los errores de los albigenses, que lo persiguieron y le obligaron a abandonar su abadía y vivir dos años en Italia.
En 1145, con los monjes de la comunidad de Grandselve, fundada en 1117 y observantes de la regla de san Benito a la manera cisterciense, fueron asociados formalmente a la Orden, especialmente por obra de san Bernardo de Claraval, que tanto apreciaba el beato. Desde el inicio de su vida monástica, meditó cada día el Evangelio y procuró vivir un estado de gran pureza, tanto que nadie osaba darle noticias extrañas a la vida religiosa. Sólo oir el nombre de Jesús se le saltaban las lágrimas y durante la Misa, como contó él mismo, tuvo apariciones celestes. Murió en Grandselve.
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