Ciriaco: Que pertenece al Señor. Amor de Dios.
Paula: Pequeña.
Martirologio Romano: En África, santos Ciríaco y Paula, mártires.
Según el “Martirologio de Usuardo” eran dos hermanos que sufrieron martirio en Málaga, durante la persecución de Diocleciano. Fueron lapidados. El “Martirologio Jeronimiano” pone la ciudad de Thomis del Ponto como lugar del martirio de Pablo, Ciriaco. En su calendario, Racemundo, coloca la ciudad en Cartagena; en cambio un texto del siglo X que se encuentra en San Pedro de Cardeña, sitúa su pasión en la localidad africana de Tremeta, bajo el gobierno de Diocleciano. El antiguo Martirologio Romano ofrece este elogio: “En Málaga de España, los santos mártires Ciriaco y Paula, virgen, que fueron apedreados y entre las piedras dieron sus almas al cielo”.
Se dice que estando los Reyes Católicos en Córdoba preparando la conquista del reino de Granada, un monje jerónimo, que tenía crédito de santo, fray Juan de Carmona, le dijo a la Reina que hiciese voto a Dios de construir una iglesia a estos santos mártires si conquistaba la ciudad de Málaga y que confiase en que con el poder de Dios la conquistaría con relativa facilidad. Y que, movida por esta exhortación del religioso, se animó la Reina a emprender la campaña para conquistar Málaga, ciudad que efectivamente conquistaron. Dieron los Reyes cuenta de su victoria al papa Inocencio VIII, el cual respondió diciendo que Málaga había sido consagrada con la sangre de Ciriaco y Paula como Jerusalén lo fuera con la de San Esteban, igualmente lapidado. Se edificó el templo y los malagueños tomaron a estos santos por patronos, y todavía continúan honrándolos como a tales. Patronos de Málaga.
Según el “Martirologio de Usuardo” eran dos hermanos que sufrieron martirio en Málaga, durante la persecución de Diocleciano. Fueron lapidados. El “Martirologio Jeronimiano” pone la ciudad de Thomis del Ponto como lugar del martirio de Pablo, Ciriaco. En su calendario, Racemundo, coloca la ciudad en Cartagena; en cambio un texto del siglo X que se encuentra en San Pedro de Cardeña, sitúa su pasión en la localidad africana de Tremeta, bajo el gobierno de Diocleciano. El antiguo Martirologio Romano ofrece este elogio: “En Málaga de España, los santos mártires Ciriaco y Paula, virgen, que fueron apedreados y entre las piedras dieron sus almas al cielo”.
Se dice que estando los Reyes Católicos en Córdoba preparando la conquista del reino de Granada, un monje jerónimo, que tenía crédito de santo, fray Juan de Carmona, le dijo a la Reina que hiciese voto a Dios de construir una iglesia a estos santos mártires si conquistaba la ciudad de Málaga y que confiase en que con el poder de Dios la conquistaría con relativa facilidad. Y que, movida por esta exhortación del religioso, se animó la Reina a emprender la campaña para conquistar Málaga, ciudad que efectivamente conquistaron. Dieron los Reyes cuenta de su victoria al papa Inocencio VIII, el cual respondió diciendo que Málaga había sido consagrada con la sangre de Ciriaco y Paula como Jerusalén lo fuera con la de San Esteban, igualmente lapidado. Se edificó el templo y los malagueños tomaron a estos santos por patronos, y todavía continúan honrándolos como a tales. Patronos de Málaga.
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