Elocuente. Piadoso. Que honra el bien.

Natural de Doliche en la región del Eufrates. Obispo de Samosata en Siria (hoy Turquía), desde el 361. Asistió al Concilio de Antioquía, compuesto en su mayoría de obispos arrianos; pero Eusebio condenó sus doctrinas y fue defensor de la causa de san Melecio, electo patriarca de Antioquía, paladín de la causa católica. Fue un gran amigo de santos Basilio y Gregorio Nacianceno y un gran defensor de la ortodoxia contra los arrianos. San Gregorio escribió sobre él como: «columna de la verdad, luz del mundo, instrumento de los favores de Dios hacia su pueblo, apoyo y gloria de toda la ortodoxia».
En tiempos del emperador arriano Constanzo, visitó las iglesias con indumentaria militar para confirmarlas en la fe; después con el emperador Valente fue exiliado a Tracia en el 374, pero después de cuatro años fue llamado por el emperador Teodosio.
Asistió a un nuevo Concilio de Antioquía en 379. Acompañaba un día a Maris, electo obispo de Dólica, cuando en esta ciudad murió víctima de la saña de una furibunda arriana, que le arrojó una teja desde el balcón de su casa.
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