Laurel. Laureado.
Martirologio Romano: En Novara, ciudad de Liguria, san Lorenzo, presbítero y mártir, que construyó una fuente bautismal en la que bautizaba a los niños que le confiaban para su educación. Un día, después de haber llevado a un número elevado de niños a Dios mediante el bautismo, unos impíos lo mataron junto con los neófitos.
Se dice que llegó a Novara proveniente de Francia o España; y como presbítero asistió a san Gaudencio de Novara. La “Passio San Lurentii” escrita por Pedro III nos dice que era un sacerdote de la diócesis de Novara y que fue elegido por san Agabio para sucederle en la sede episcopal. Era un hombre humilde, que se dedicaba a la catequesis y que un día mientras enseñaba a un grupo de niños fue martirizado por un grupo de sacerdotes neopaganos en la época de Juliano el Apostata.
Desde el momento de su muerte fue casi olvidado, pero después de la caída de Juliano, fue construida en su honor una iglesia en el lugar de su martirio. Esta iglesia (que se encontraba ubicada donde hoy está la estación de tren) fue demolida en 1552, su sepulcro se hallaba indicado con la palabra latina «puteus» (que es uno de los términos utilizados para indicar una fosa sepulcral), pero la pérdida de familiaridad con ese idioma hizo que a partir del siglo XVI se entendiera que se refería no a un sepulcro sino a un pozo donde supuestamente fue arrojado, como modo de martirio, el santo, de donde se lo vino a llamar «San Lorenzo al pozzo», y a representar junto a un pozo de agua, que es un elemento ya constante en su iconografía.
Desde el momento de su muerte fue casi olvidado, pero después de la caída de Juliano, fue construida en su honor una iglesia en el lugar de su martirio. Esta iglesia (que se encontraba ubicada donde hoy está la estación de tren) fue demolida en 1552, su sepulcro se hallaba indicado con la palabra latina «puteus» (que es uno de los términos utilizados para indicar una fosa sepulcral), pero la pérdida de familiaridad con ese idioma hizo que a partir del siglo XVI se entendiera que se refería no a un sepulcro sino a un pozo donde supuestamente fue arrojado, como modo de martirio, el santo, de donde se lo vino a llamar «San Lorenzo al pozzo», y a representar junto a un pozo de agua, que es un elemento ya constante en su iconografía.
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