NUESTRA SEÑORA DE LA CALLE.

La iglesia de Nuestra Señora de la Calle, también llamada la Compañía alberga a la patrona de la capital palentina, la Virgen de la Calle, cuya festividad se celebra el 2 de febrero. 

HISTORIA:

La leyenda dice que un panadero que preparaba una hoguera al ver que no conseguía prender un tronco lo lanzó a la calle. Entonces, el trozo de madera le habló y le dijo que "Pues a la calle me echas, me echas con ira, De la Calle la Virgen, seré algún día". El panadero bajó corriendo a la calle y en la punta abrasada del trozo de encina reconoció la talla de la Virgen (de ahí lo de Calle -a lo sumo tendría que ser patrona de otro gremio-, y su apelativo de Morenilla).

El templo fue construido por la Compañía de Jesús entre 1584 y 1599, de ahí la denominación popular que recibe. Tras la expulsión de la Orden de España en 1767, el edificio quedó convertido en parroquia-santuario al colocarse en su interior la imagen de la Virgen de la Calle. Cuando en 1871 los jesuitas regresaron a Palencia, no tomaron posesión de su antigua iglesia, sino que, en virtud de un acuerdo con el Obispado de Palencia, pasaron a regentar la iglesia del exclaustrado convento de San Francisco.

El templo responde a la tipología creada por Vignola ya que, tanto en su exterior como en su interior, sigue el modelo de la casa madre de Roma. 

Su interior responde a las nuevas necesidades surgidas de la Contrarreforma que buscaba la participación de un gran número de fieles en la liturgia por lo que las naves laterales se transforman en capillas laterales que permitían, además, decir misa diariamente a todos los sacerdotes de la orden. 

El retablo mayor es una obra barroca avanzada con influencia rococó, realizada por Pedro Bahamonde en el siglo XVIII, en madera sin dorar. La más pequeña de estas imágenes, situada en el tabernáculo desde 1768, es también la más relevante: corresponde a la Virgen de la Calle, antaño venerada en una ermita junto a la iglesia de San Bernardo, una talla de 41 cm fechada en el siglo XV que por su aspecto ennegrecrido ha recibido el nombre popular de La Morenilla. La figura aparece sostenida por cuatro ángeles del siglo XVIII.