(Ferreol, Fergéol. fr.: Ferjus).
Pertenecía a una noble familia galo-romana, de la aristocracia senatorial de las zonas de Vienne y Narbona. Existe una tradición, bastante discutible, que afirma que Carlomagno y Ferreol tuvieron un linaje común. Se dice que fue obispo de Gratianopolis (hoy Grenoble) entre el 654 al 659. Se dice que se opuso a las impías maquinaciones del tirano Ebroím, mayordomo de palacio, quien lo desterró y condenó a muerte, por defender la justicia y la libertad de la Iglesia. El 12 de enero del 659, el obispo habló a su grey, en un montículo del monte Rachais, en un lugar que hoy se conoce como La Tronche.
Ebroím, ordenó que un grupo de sicarios se mezclaran entre el público para matarlo. Uno de ellos rompió la cabeza del obispo con una vara de sauce, matándolo al instante. Luego arrojaron su cadáver en una tahona... probablemente para evitar disturbios.
El obispo fue enseguida considerado como mártir y fue canonizado por aclamación popular. Se dice que para evitar la profanación, los fieles enviaron sus restos a un pueblo cercano, La Tronche, donde se mantuvo el culto constante del santo, y sobre la que se considera su tumba se construyó, en 1846, una iglesia a él dedicada, la Iglesia de san Ferjús.
Su nombre en latín era Ferreolus pero con la derivación del nombre en Francia se le conoce como san Ferjus y su festividad en Grenoble se celebra el 16 de enero. No se conservan otros rastros de su existencia (como su mención en sínodos locales, etc), sin embargo se le ha tributado la suficiente devoción litúrgica como para que la Pío XII confirmara, en 1903, su culto para la diócesis de Grénoble.
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