Martirologio Romano: En Roma, san Gaspar del Búfalo, presbítero, el cual lucho denodadamente por la libertad de la Iglesia y, encarcelado, no cesó de conducir a los pecadores por el camino recto, principalmente con la devoción a la preciosísima sangre de Cristo, en cuyo honor fundó las Congregaciones de Misioneros y de Hermanas.
Nació en Roma, en una familia aristócrata arruinada; su padre fue cocinero en el palacio Altier de Roma y había sido marqués. Gaspar fue un joven enfermizo que desplegó una intensa actividad: en Roma se le vio atender a todas las necesidades apostólicas con una energía incomprensible. Desde muy joven tuvo vocación sacerdotal, y concretamente de misionero, ya que sentía una gran admiración hacia san Francisco Javier. A los 11 años ya vistió hábito eclesiástico. En 1807 fue ordenado subdiácono y nombrado canónigo coadjutor en la basílica de San Marcos; fue titular de la canonjía al año siguiente, ya diácono. Fue ordenado sacerdote en 1808.
Fue un gran predicador y un entregado servidor de los pobres. Se encargó de la Obra de Santa Gala, que logró recuperar. Emprendió un amplio apostolado entre el pueblo, sobre todo en aquellos campesinos que iban a Roma a vender sus productos. Para ellos estableció su Oratorio de Santa María del Pincio.
Su rasgo principal fue la tozudez. Se negó a prestar juramento al nuevo régimen desplegado por Napoleón, y como consecuencia de ello fue encarcelado en Piacenza, Bolonia y Córcega y luego fue desterrado. Cuando regresó en 1813, renunció a su cargo en la basílica de San Marcos; entonces empezó a dedicarse a la que será su actividad principal durante el resto de su vida: las misiones populares en la campiña romana. Fundó en 1815 los Misioneros de la Preciosísima Sangre, con la tarea de misionar las comarcas más descristianizadas y peligrosas de los Estados Pontificios. Junto con la beata María De Mattías fundó la rama femenina. Las dos familias religiosas se coordinaron en la Pía Unión de la Preciosisima Sangre que Gaspar formó en 1808 junto con Francesco Albertini.
Denunció al Papa los abusos y corrupciones del alto clero romano; se mostró duro con los prelados y cardenales, y con los que querían atajar el bandolerismo con sangre. Se le calumnió y se habló de su orgullo satánico; el propio papa Gregorio XVI le fue adverso y no aprobó su Instituto hasta después de muerto. Murió enfermo de cólera en Roma, después de haberse retirado a Albano para reflexionar y trabajar en las diferentes instrucciones que había escrito para sus misioneros. Se le conoció como “Ángel de la paz” por haber pacificado numerosas bandas de ladrones que azotaban la zona, concretamente el pueblo de Sonnino, centro del bandolerismo. También fue llamado “el martillo de los sectarios” por su lucha contra la masonería. Fue canonizado en 1954 por Pío XII.
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