Martirologio Romano: En Iconío, de Licaonia, san Anfiloquio, obispo, que fue compañero en el desierto de los santos Basilio y Gregorio Nacianceno y también colega en el episcopado. Esclarecido por su santidad y doctrina, libró muchas batallas en favor de la fe católica.
Nació en Capadocia. Era primo de san Gregorio Nacianceno. Compañero de estudios de san Basilio de Capadocia; fue un importante abogado en Constantinopla, y profesor de Retórica. Abandonó la capital del imperio por dificultades financieras y se trasladó a Nacianzo, para vivir tranquilamente y cuidar a su padre anciano. San Basilio le encargó combatir el arrianismo en Capadocia.
Arzobispo de Iconío en el 374, nombrado, a pesar de su resistencia, por san Basilio. Su padre se quejó ante san Gregorio, porque con el nombramiento de su hijo le faltaría sus cuidados, y el santo le respondió que no tuvo nada que ver con su nombramiento y que también se resentiría con su ausencia. Anfiloquió combatió a los herejes macedonistas, contra los que escribe una obra sobre el Espíritu Santo que fue alabado por san Jerónimo, y que dedicó a Basilio. Pronunció un discurso en el funeral de san Basilio.
En el 376, presidió el sínodo de Iconío, para condenar la herejía macedonia que negaba la divinidad del Espíritu Santo. También estuvo presente en el I Concilio Ecuménico de Constantinopla en el 381, cuando esta herejía fue condenada. En el 394, asistió al sínodo de Side, en Panfilia, en el cual fueron condenados los mesalianos, que decían que la oración era el único medio de salvación. Intentó de todo para que el emperador Teodosio promulgara las Actas del Concilio de Nicea contra el arrianismo y que les negara la posibilidad de reunirse. El soberano en un principio se negó, porque consideraba demasiado severa esta medida, pero el santo obispo le convenció para que promulgara una ley que declaraba ilegales las asambleas públicas como privadas de los arrianos. Su amigo san Gregorio lo describe como heraldo de la verdad y obispo irrepensible. Su padre testificó que muchos enfermos se curaron por su intercesión.
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