Nació en Northumbria y pasó sus primeros años en la casa de san Bosa, que luego se convirtió en Obispo de York. Después de unos años, Acca se unió a san Wilfrido, probablemente en el 678; y permaneció como su discípulo y compañero en todas sus dificultades. Estuvo con él cuando hizo su segundo viaje a Roma en 692. Cuando regresaron a Inglaterra, y una vez que san Wilfrido se restableció en Hexham, nombró a Acca abad del monasterio de Saint Andrews en Hexham. Después de la muerte de Wilfrido (709), Acca lo sucedió como obispo de Hexham.
Muy animosamente continuó el trabajo de completar y adornar las iglesias, cosa que Wilfrido había dejado sin terminar. Acca era igualmente entusiasta para dirigir la diócesis y los servicios de la Iglesia. Trajo al Norte un famoso cantor llamado Maban, a quien san Agustín de Canterbury le había enseñado, en Kent, las tradiciones romanas de salmodia del papa san Gregorio I el Grande. Acca también era famoso por sus enseñanzas teológicas y porque hacía todo lo que podía para alentar a sus estudiantes. Gracias a Acca, Eddius se encargó de la vida de san Wilfrido, y sobre todo, fue al mismo tiempo amigo y patrono a quién Beda dedicó varias de sus más importantes obras, especialmente las que tenían que ver con la Sagrada Escritura; lo describe como "grande delante de Dios y de los hombres" y ciertamente fue uno de los más grandes eruditos prelados anglosajones de su época.
Por alguna razón inexplicable, Acca fue expulsado de su diócesis en el 732. Se cree que se retiró a Withern en Galloway, pero regresó a Hexham antes de su muerte en el 742. Casi inmediatamente se le veneró como santo.
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