30 de octubre de 2014

OTROS SANTOS DEL DÍA:



San Marciano de Siracusa. s. II. 
Martirologio Romano: En Siracusa, de Sicilia, san Marciano, considerado como primer obispo de esta ciudad.
Se dice que fue el primer obispo de Occidente; según una leyenda siciliana fue enviado a Siracusa por el mismo san Pedro, pero es casi seguro que fue enviado a esta ciudad siciliana por un Pontífice del siglo III. También se dice que los judíos lo arrojaron desde una torre y otras tradiciones afirman que fue asesinado «por los que en ese momento tenían indignamente el cetro del mando». 
El nuevo Martirologio Romano omite prudentemente toda referencia a los aspectos legendarios, como la ordenación por san Pedro o el martirio, pero aun conserva la datación en el siglo II.Copatrono de la ciudad de Gaeta.

Santa Eutropia de Alejandría. M. c. 253. 
Martirologio Romano: En Alejandría, de Egipto, santa Eutropia, mártir, que, por rehusar negar a Cristo, fue torturada cruelmente hasta la muerte.
Parece que es una mártir africana en Alejandría de Egipto, ejecutada durante la persecución de Valeriano después de sufrir crueles torturas.  

Santos Zenobio y Zenobia. M. 285. 
Zenobio era obispo de Cilicia y médico en Aega (hoy Alejandreta) en la costa de Asia Menor. Murieron mártires, durante la persecución de Maximiano. 

Santos Claudio, Lupercio y Victorio. M. 300. 
Martirologio Romano: En la ciudad de León, en Hispania, santos Claudio, Lupercio y Victorio, mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano sufrieron la muerte por Cristo.
En el Martirologio anterior nos los presentaban como tres hermanos leoneses, hijos del centurión san Marcelo y santa Nonia; eran soldados y se declararon cristianos, fueron martirizados en León, bajo Diocleciano. 
El Martirologio actual, como podemos ver, se han separaado atendiendo a la realidad más probable. Los tres jóvenes sufrieron el martirio por decapitación bajo Diocleciano (243-313), cuyas persecuciones tuvieron especial furor en España. Sobre el lugar del martirio se construyó la abadía benedictina de San Claudio, y seguidamente varios monasterios benedictinos les fueron dedicados en distintas partes de España. Sus restos están en la iglesia de San Marcelo de León. 

San Saturnino de Cagliari. M. 303.
Mártir venerado en esta ciudad, que no se sabe muy bien, si fue martirizado aquí, o fue uno de los múltiples Saturninos que invaden el calendario. Lo que si que cuenta es que se venera como un santo local; la tradición dice que murió durante la persecución de Diocleciano; fue decapitado durante una fiesta dedicada a Júpiter. 
ruinas de Cuma

San Máximo de Cuma. M. 304. 
Martirologio Romano: En Cuma, de la Campania, san Máximo, mártir.
Según el antiguo Martirologio fue martirizado durante la persecución de Diocleciano en Apamea de Frigia; pero parece más probable que el lugar de su martirio fuera las fosas de Cumas en Campania (Nápoles).

San Teonesto. M. 425. 
Se dice que era obispo de Filipos en Macedonia, fue expulsado de su sede por los arrianos y el Papa le envió, junto a varios compañeros (entre ellos san Albano de Maguncia) a evangelizar Alemania. Al llegar a Maguncia, se vieron obligados a huir ante la invasión vándala, y en el camino de regreso, Teonesto fue martirizado en Altino en el Véneto. 

Bienvenida Boiani. Beata. (1254-1292). 
Martirologio Romano: En Cividale di Friuli, en la región de Venecia, beata Bienvenida Boiani, virgen, hermana de Penitencia de santo Domingo, que pasó toda su vida entregada a la oración y a la austeridad.
Se llamó Bienvenida porque era la séptima hija del matrimonio Boiani, de Cividale del Friuli; su padre era el señor de la ciudad. Desde muy joven se distinguió por su piedad y sobre todo por sus penitencias terribles, que obligó a su confesor a aconsejarle el cuidado del cuerpo y, sobre todo a mitigarlas. Enferma pidió ser llevada ante la tumba de santo Domingo de Guzmán, y se curó, por lo cual se hizo Terciaria dominica, y alcanzó gran fama de santidad por sus milagros y su virtud. Todas las penitencias  le inspiraban su amor a Dios y la devoción a la Virgen. Tuvo además un alto espíritu de oración y sufrió de experiencias místicas. Murió en Cividale después de una larga enfermedad que la tuvo postrada en la cama durante muchos años. 
Su culto fue aprobado en 1765 por el papa Clemente XIV. Se ha perdido memoria del sitio en que fue sepultada en Cividale.

Juan Slade. Beato. M. 1583. 
Martirologio Romano: En Winchester, en Inglaterra, beato Juan Slade, mártir, que, por negar la competencia de la reina Isabel I en las cuestiones espirituales, fue ahorcado y descuartizado.
Nació en Manston, (Inglaterra), en el seno de una familia católica. Estudió en el New College de Oxford y luego pasó a Douai a estudiar Derecho, y a su regreso a Inglaterra, fue maestro de escuela en Winchester. Conocido su catolicismo fue arrestado en 1582 y fue procesado en Winchester, con su amigo el beato Juan Bodey. Fue condenado a muerte en 1583, y fue procesado también en Andover, en el que volvió a ser condenado por haber afirmado la supremacía religiosa del Papa y haber negado el de la reina. Fue ahorcado y descuartizado en Winchester después de afirmar que moría por la fe secular de Inglaterra. 

Juan Miguel Langevin. Beato. (1731-1793). 
Martirologio Romano: En la ciudad de Angers, en Francia, beato Juan Miguel Langevin, presbítero y mártir, degollado por razón de su sacerdocio, siendo el primero de una larga lista de más de ciento hombres y mujeres que, durante la Revolución Francesa, permanecieron unánimes y constantes en la confesión de la fe cristiana.
Nació en Ingrandes-sur-Loire, Francia. Párroco en Briollay (Francia). Se negó a prestar el juramento constitucional y por ello fue separado de su parroquia. Optó por la clandestinidad y ejerció el ministerio valientemente hasta que fue liberado por los vandeanos. Pero vencidos éstos y, llegada la época del terror, fue arrestado, condenado a muerte y guillotinado en la plaza de Angers el 30 de octubre de 1794. Fue beatificado el 19 de febrero de 1984 por el papa Juan Pablo II.

Alejo Zaryckyj. Beato. (1912-1963). 
Martirologio Romano: En la localidad de Dolinka, cerca de Karaganda, en el Kazajstan, beato Alejo Zaryckyj, presbítero y mártir, que en un régimen contrario a Dios fue deportado a un campo de concentración, y en el combate por la fe alcanzó la vida eterna
Nació en Bilche, Lviv (Ucrania). Recibió la ordenación sacerdotal en la archieparquía de Lviv en 1936. Fue párroco en Strutyn y en Zarvanytsia. 
En 1948 las autoridades soviéticas lo detuvieron en Riasna Ruska (Lviv), ciudad a la que se había trasladado durante la II Guerra Mundial. Lo condenaron a 8 años de exilio en Karaganda (Kazajstán). Fue excarcelado en 1956 gracias a una amnistía general. Volvió primero a Halychyna y después a Karaganda, con el propósito de organizar las comunidades católicas uniatas clandestinas. En 1962 lo arrestaron de nuevo y lo condenaron por “vagabundo” a dos años de cárcel. Tenía 51 años cuando murió en el hospital del campo de concentración de Dolinka. 

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