19 de octubre de 2014

OTROS SANTOS DEL DÍA:


Joel. s. IV a. C. (Antiguo Testamento).
Martirologio Romano: Conmemoración de san Joel, profeta que aparece en el Antiguo Testamento, que anunció el día grande del Señor y el misterio de la efusión del Espíritu sobre toda criatura, lo que Dios tuvo a bien hacer llegar a su pleno cumplimiento en la persona de Cristo el día de Pentecostés.
Nació probablemente en Jerusalén, después del exilio de Babilonia. Fue un hombre que vivía de cara al templo y conocía el ritmo de los sacrificios litúrgicos y posibiblemente estuvo cercano al ambiente sacerdotal. Autor de un libro que profetiza el día del las langostas, el día de Yahvé y el día del Juicio Final. En el día de las langostas, que asolan la tierra, e impiden los sacrificios en el templo, Joel invita a la penitencia del pueblo. En el día de Yahvé, Dios invita al pueblo a la conversión, no es un día de desastres sino de bendición y prosperidad. En el día del Juicio, el profeta anuncia un nuevo mundo de paz y justicia. Joel marca el paso del profetismo a la apocaliptica. 

Santos Ptolomeo, Lucio y otro compañero. M. c. 160. 
Emperador Antonino Pío
Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santos Ptolomeo, Lucio y otro compañero, que, como refiere san Justino, reconocidos como cristianos por atacar las costumbres licenciosas y la injusticia de las sentencias, fueron condenados bajo el emperador Antonino Pío por el prefecto Lolo Urbico
Ptolomeo es un mártir junto con Lucio y otro compañero que no se conoce el nombre, en Roma, durante la persecución de Antonino Pío. Se le conoce como "el Filosofo", ya que tenía las ideas muy claras. Fue arrestado acusado por un marido furioso, porque su mujer se había hecho cristiana, gracias a su predicación. En todos los interrogatorios se declaró cristiano.  
Lucio asistía al proceso de Ptolomeo, cuando viendo las razones que exponía éste para su defensa gritó: "¡que buena razón!. Este hombre no es ni adúltero, ni borracho, ni asesino, ni malhechor, ni ladrón; no ha hecho nada malo: ha solamente reconocido su calidad de cristiano. ¿Y tu lo castigas? - Me pareces cristiano también tu, dijo el prefecto de Roma. - Cierto, dijo él". Y fue condenado a la pena capital. San Justino nos habla de su martirio. 
Iglesia de San Asterio. Ostia

San Asterio de Ostia. M. c. 223. 
Martirologio Romano: En Ostia Tiberina, san Asterio, mártir.
Presbítero de Roma bajo el papa san Calixto I, de quién sepultó secretamente su cuerpo; por esta razón fue arrojado al Tíber en Ostia, por orden del emperador Alejandro. Los cristianos recuperaron su cuerpo y lo sepultaron en Ostia, donde ahora se venera en la catedral. 

Santos Sabiniano y Potenciano de Sens. M. c. 300. 
Martirologio Romano: Cerca de Sens, en la Galia Lugdunense, hoy Francia, conmemoración de los santos Sabiniano y Potenciano, considerados como los dos primeros pastores de esa ciudad que completaron su confesión de fe con el martirio.
Sabiniano era el primer obispo de Sens, y Potenciano, quizás fuera su sucesor. Sabiniano fue apóstol de los tricasos. Ambos fueron martirizados y son venerados como patronos de su diócesis. La leyenda dice que fueron discípulos de san Pedro, todo para hacer de Sens una sede apostólica. La "Leyenda Aurea" lo identifica con san Sabiniano de Troyes. 
De Potenciano sabemos que llegó a Sens procedente de Chartres, con Sabiniano. Habría conseguido numerosas conversiones y fundado una iglesia sobre el emplazamiento de la catedral actual. Sucedió  a Sabiniano como obispo de Sens. Denunciado por el gobernador, fue encarcelado, y en prisión recibió la visita de santa Modesta. Liberado, regresó a Sens donde fue decapitado. En realidad la evangelización de los carnutos habría sido realizada por sus discípulos san Altino y Eodaldo. Patrones de Sens y su diócesis.

San Varo. M. 307. 
Martirologio Romano: En Egipto, san Varo, soldado, que, bajo el emperador Maximiano, al visitar y ayudar a seis santos eremitas encarcelados, sabiendo que un séptimo había muerto en el desierto, quiso ocupar su lugar, y con ellos, después de varios tormentos, adquirió la palma del martirio.
Soldado romano que estaba en el Alto Egipto. Fue guardián de un grupo de monjes condenados a muerte; cuando vio que uno de ellos moría en la celda pidió ocupar su puesto, y fue ahorcado en un árbol. Sus Actas son auténticas.

Santa Cleopatra. M. 319. 
Viuda palestina que consiguió llevar el cuerpo de san Varo, martirizado durante la persecución de Diocleciano, y lo enterró en su propia casa en Deraá en Siria. En el día de la dedicación de la iglesia de San Varo se murió su hijo de 12 años, que para confortarla se le apareció en una visión junto al santo.  

San Grato de Oloron. M. c. 506. 
Martirologio Romano: En la ciudad de Oloron, junto a los Pirineos, en Aquitania, conmemoración de san Grato, obispo, que, en tiempo de Alarico, rey arriano de los godos, participó en el Concilio de Agde para restaurar la Iglesia en esa región de la Galia.
Fue el primer obispo de una sede ya suprimida llamada Oloron, junto a los Pirineos, en Aquitania, en Francia. En tiempo de Alarico, rey arriano de los godos, participó en el Concilio de Agde para restaurar la Iglesia en esa región de la Galia.

San Lupo de Soissons. M. c. 535. 
Obispo de Soissons. Sobrino de san Remigio, obispo de Reims, que le recordó en su testamento, como su heredero. 

San Verano de Cavaillon. M. c. 590. 
Martirologio Romano: En la ciudad de Caivallon, en la Provenza, san Verano o Verónico, obispo, que gozaba de gran autoridad, sobre todo por las curaciones de enfermos.
Primero fue ermitaño de Vaucluse, luego obispo de Covaillón en Francia. Asistió al concilio de Mâcon en el 585. Murió en Arles. 

San Etbino. M. c. 600. 
Martirologio Romano: En Bretaña Menor, san Etbino, monje, que llevó vida solitaria.
Era un bretón educado en Francia por san Sansón de Dol; al ser diácono se retiró a la abadía de Taurac (554) donde fue elegido abad, allí estuvo hasta que la comunidad no fue dispersada por una excursión de francos (556); entonces marchó a Irlanda donde llevó vida eremita cerca de Kildare. 

San Aquilino de Evreux. (620-695). 
Martirologio Romano: En Evreux, también en la Galia, san Aquilino, obispo, del cual la tradición dice que era soldado y que practicaba buenas obras, y que, con el consentimiento de su esposa, hizo voto de continencia y fue elegido obispo.
Natural de Bayeux; estuvo durante 40 años al servicio de Clodoveo II. Al regresar de la guerra contra los visigodos, su esposa salió a encontrarle en Chartres y ambos decidieron quedarse ahí y consagrase al servicio de Dios y de los pobres. Aquilino tenía entonces alrededor de cuarenta años. Más tarde, se trasladaron a Evreux, donde vivieron en paz por espacio de diez años. 
A la muerte del obispo san Eterno, el pueblo consideró a Aquilino como el hombre llamado a sucederle en el gobierno de la sede de Evreux. Aquilino, angustiado por las distracciones inevitables en el desempeño de tan alto cargo, se construyó una especie de celda de ermitaño, dentro de su catedral y solía retirarse a ella siempre que tenía ocasión, para orar y hacer penitencia por su grey. Durante los últimos años de su vida, el santo quedó ciego, pero siguió gobernando su diócesis con el mismo celo que antes. Dios le concedió el don de obrar milagros. Patrón de la abadía de Evreux y Cluny.  

Santa Frideswida de Oxford. (680-735). 
Martirologio Romano: En Oxford, en Inglaterra, santa Frideswida, virgen, que, siendo de estirpe regia, fue elegida abadesa de un monasterio doble de monjes y de monjas.
Según una biografía del siglo XII, era hija de Didan, príncipe de una región del Támesis. Habiendo dedicado su virginidad a Dios en el estado monástico, Algar, príncipe de Mercia, prendado de su belleza, determinó robarla. La santa burló sus acechanzas escondiéndose, y se dice que el príncipe quedó milagrosamente ciego al entrar en la ciudad, y luego recobró la vista con su arrepentimiento y a intercesión de la santa.
Fue abadesa fundadora del convento benedictino de Saint Mary, en el lugar donde hoy está Oxford, gracias a las donaciones de su padre. Tuvo fama por sus dones taumatúrgicos. Se dice que desde su infancia su lema fue: "Cualquier cosa que no sea Dios, es nada". La Iglesia en que fue sepultada se hizo famosa por el tesoro de sus reliquias. Es la patrona de la ciudad y universidad de Oxford. 

Santa Laura de Córdoba. M. 864. 
Nació en Córdoba, en el seno de una noble familia; se casó con un alto cargo dentro de la burocracia de la jerarquía estatal cordobesa; al quedarse viuda fue abadesa en el monasterio de Santa María de Cuteclara en Córdoba. Hacia el 824 un grupo de cristianos, encabezados por Laura, blasfemaron contra el profeta Mahoma y el Islam, además de proclamar las bienaventuranzas y la eternidad para quienes siguiera a Cristo. El cadí, ante los despropósitos de este grupo, ordenó azotarlos a todos hasta que renegaran de su fe. Laura se mantuvo firme en sus creencias, y fue golpeada con varas de hierro en la espalda, después arrojada a un horno en medio de la plaza pública, y luego la decapitaron en tiempos del emir Mohamed I.  
san Justo

Santos Justo, Flaviano y compañeros. M. c. 906. 
Parece que fueron monjes de la gran abadía de Novalesa, que murieron mártires por los sarracenos en Oulx, en la Val di Susa (Turín). No escaparon a Turín con el abad y los otros frailes, pues prefirieron quedarse para prestar auxilio a los caminantes y a los moradores, oprimidos por las violentas incursiones sarracenas provenientes de Provenza. Patrón de Susa.

Inés de Jesús GalandBeata. (1602-1634). 
Martirologio Romano: En Langeac, junto al río Allier, en Francia, beata Inés de Jesús Galand, virgen de la Orden de Predicadores, que, siendo priora de su monasterio, se distinguió por su ardiente amor hacia Jesucristo y su preocupación por el bien de la Iglesia, ofreciendo continuas oraciones y penitencias por sus pastores.
Era una monja dominica francesa. Entró en el monasterio en Langeac que todavía existe hasta el día de hoy. En 1627 Inés fue elegida para servir a su comunidad como Priora. Durante aquel tiempo, Francia estaba padeciendo una autentica falta de vocaciones sacerdotales. 
En 1631, Jesús y María interiormente invitan a Inés a interceder y orar por un sacerdote a quien ella no conocía. Tres años después, en el locutorio del monasterio ella se encontró con Jean-Jacques Olier, fundador del Seminario Mayor de San Sulpicio y ella comprendió que él era el sacerdote por quien ella estaba ofreciendo su vida de oración y sacrificio. Ella murió un año después y deja a sus hermanas su vocación particular de orar por los sacerdotes. Fue beatificada por san Juan Pablo II el 20 de noviembre de 1994.

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