San Benedicto. M. 304.
Parece que fue un soldado, quizás de origen friulano, del ejército imperial destacado en Cupra, convertido al cristianismo durante el servicio militar. La tradición dice que fue martirizado en el puente del torrente Menocchia en los alrededores de la antigua ciudad de Cupra, durante la persecución de Diocleciano. Tenía 28 años.
Después del martirio, los cristianos del lugar le dieron sepultura, construyendo un sepulcro escondido, casi como una catacumba al cual acceder sin ser vistos por los paganos. La tumba fue murada con una lápida, que en parte hoy se conserva. Después del edicto de Constantino, sobre la tumba se construyó un oratorio, sobre el que iban a orar mucha gente llamada por su fama taumatúrgica, sobre todo contra las enfermedades de cabeza. El oratorio se convirtió en la iglesia abacial de San Benedicto. Es el patrón de Tronto.
Martirologio Romano: En Córdoba en Andalucía, España, santos Fausto, Jenaro y Marcial, mártires, que adornaron la ciudad como tres coronas.
Parece que eran hermanos. Dicen que eran hijos de un mártir: san Marcelo, centurión romano. Los datos biográficos son muy inciertos. Eran cordobeses, durante el desgobierno en Andalucía de un tirano que se llamaba Eugenio. Fueron educados en la fe cristiana con exquisito fervor. Quizás pasada la adolescencia, se presentaron ante el gobernador para confesar su fe.
-"Somos cristianos de profesión. ¿Qué negocio traes con los inocentes que en nada te han ofendido?
-Sois unos desesperados.
-Si de algo desesperamos es de ti, que estás abandonado de Dios hasta el punto de obligar a sus siervos a que renieguen de El."
El premio a su confesión fue el potro. Les cortaron las orejas, las narices, las cejas, el labio inferior y les destrozaron los dientes; la tortura la sufrieron juntos. Por fin fueron quemados vivos. Prudencio les llamó "Los tres coronados de Córdoba".
San Florencio de Tesalónica. M. 312.
Martirologio Romano: En Tesalónica, ciudad de Macedonia, san Florencio, mártir, que, según la tradición, después de varios tormentos murió quemado vivo.
San Lubencio de Kobern. s. IV.
Martirologio Romano: En Kobern, junto al Mosela, en el territorio de Tréveris, san Lubencio, presbítero.
Antigua abadía de S. Martín de Tours |
San Venancio de Tours. s. V.
Martirologio Romano: En Tours, de la Galia Lugdunense, san Venancio, abad, el cual, habiéndose casado en su juventud, al visitar la basílica de san Martín se conmovió ante la vida de los monjes y, con el permiso de su esposa, se juntó a ellos para vivir para Cristo.
En Tours, de la Galia Lugdunense, san Venancio, abad, el cual, habiéndose casado en su juventud, al visitar la basílica de San Martín se conmovió ante la vida de los monjes y, con el permiso de su esposa, se juntó a ellos para vivir para Cristo.
San Leobono de Salagnac. s. VI/VII.
Martirologio Romano: En Salagnac, en el territorio de Limoges, en Aquitania, san Leobono, eremita.
Vivió como eremita en la región de Salagnac (hoy Grand-Bourg), en la diócesis de Limoges. No se tienen documentos sobre su vida, pero en el Medievo fue objeto de culto en la diócesis de Limoges. Sus reliquias están custodiadas en Grand-Bourg.
Martirologio Romano: En Matuta (hoy Sanremo), en la costa de la Liguria, san Rómulo, obispo de Génova, que, lleno de ardor apostólico, murió durante una visita pastoral.
Según la tradición local de San Remo, Rómulo había recibido educación en la tierra de Matuta, fue luego elegido obispo de Génova, y más tarde, para escapar de la invasión de los longobardos, se retiró en estricta penitencia al interior de Matuta, en una zona llamada aun hoy «de san Rómulo», a una gruta llamada Bauma, donde murió, y que se convirtió en lugar de peregrinación. Es recordado por su fe e inconmensurable caridad. Nota característica de su ministerio era la bondad, «parecía más como padre que un señor ... era el padre de los pobres ... verdaderamente competente para acabar con discordias de todo tipo».
Cuando en el siglo X los sarracenos amenazaron la ciudad, sus restos fueron trasladadas a una nueva sede episcopal llamada Villa Matutiana, que cuando recibió la reliquias, cambió el nombre por el de San Rómulo, y con el tiempo se convirtió en la ciudad de San Remo.
Martirologio Romano: En la isla de Iona en Escocia, deposición de san Comgano, abad, que, llegó de Irlanda a esta región junto a su hermana santa Kentigerna, con los hijos de ella y con algunos misioneros.
La tradición dice que era un príncipe irlandés, hermano san Kentigerna, hijo del rey Kelly al que sucedió en el gobierno de la provincia de Leinster (el Martirologio Romano, considera que es un varón en lugar de una mujer). Fue atacado por los príncipes limítrofes, derrotado y herido en la batalla, tuvo que huir a Escocia, llevando al exilio a su hermana y su sobrino, el futuro abad san Felán.
Al llegar a Lochalsh, ante la isla de Skye, Comgan edificó un monasterio del que fue su abad; llevó durante años una vida de ejemplar austeridad y espíritu de penitencia que le honró. Los siete hombres que le siguieron fueron sus primeros monjes. Cuando murió, su sobrino lo enterró en la isla de Iona, donde dedicó una iglesia en su memoria.
San Simberto de Augsburgo. M. c. 809.
Martirologio Romano: En Augsburgo, de Baviera, en Germania, san Simberto, obispo, que antes fue abad de Mürbach.
Pretendido sobrino de Carlomagno. Educado en la abadía benedictina de Murbach (Alsacia), de la que fue abad; en el 778, fue elegido obispo de Ausburgo, pero conservó la dirección de Murbach. Fue una personalidad notable en todos los aspectos, pero sobre todo por su obra en rehacer la disciplina y los estudios eclesiásticos.
Santa venerada en los países eslavos con el nombre de Pekta, Parasceve vivió probablemente en el siglo X. Su tierra natal era Epibatai, cerca de Constantinopla. Vivió algún tiempo en un monasterio, pero pronto lo dejó para llevar una vida de eremita. Al cabo de algunos años, tras una revelación, dejó su refugio y regresó a vivir como penitente en Epibatai.
Los acontecimientos milagrosos verificados tras su muerte, el hallazgo de su cuerpo, que emanaba un delicado perfume, y el subsiguiente traslado de sus reliquias, están en el origen de su culto. Su nombre es de origen griego, significa “preparación”. En la iconografía aparece como mártir, pero es que se la equivoca con santa Parasceve o Veneranda, mártir en Roma. Es muy venerada en Rumanía y Bulgaria.
Santa Quelidonia. (c.1077 - 1152).
Martirologio Romano: Cerca de Subiaco, en el Lacio, santa Quelidona o Celidona, virgen, que, como dice la tradición, durante cincuenta y dos años condujo vida solitaria y austera, dedicada únicamente a Dios.
Natural de Cicoli en los Abruzzos. Hacia el 1092, deseando dedicarse solamente a Dios, abandonó la casa paterna y se retiró a vivir vida eremítica en una gruta de los montes Simbruni, a dos millas de Subiaco. El lugar era conocido como Mora Ferogna, aquí vivió 59 años en soledad, dedicada a la oración y el ayuno, soportando heroicamente las inclemencias del tiempo, durmiendo en el suelo, desafiando la ferocidad de los lobos, comiendo solamente lo que le llevaban los fieles, atraídos por su fama de santidad y sus milagros, y a veces, era alimentada milagrosamente por Dios. Una sola vez interrumpió su soledad y fue entre el 1111 y el 1122, que marchó en peregrinación a Roma.
De regreso a Subiaco, en la basílica de Santa Escolástica, recibió del cardenal Conón, obispo de Palestrina, el hábito benedictino. Retomó su vida eremítica, que no abandonó hasta su muerte; de la gruta apareció una columna luminosa que llegaba hasta el cielo y que fue vista por numerosos testigos. Su cuerpo se encuentra en el monasterio de Santa Escolástica. Patrona principal de Subiaco.
en la basílica de Santa Escolástica, recibió del cardenal Conón, obispo de Palestrina, el hábito benedictino. Retomó su vida eremítica, que no abandonó hasta su muerte; de la gruta apareció una columna luminosa que llegaba hasta el cielo y que fue vista por numerosos testigos. Su cuerpo se encuentra en el monasterio de Santa Escolástica. Patrona principal de Subiaco. https://noticiasdelalin.es/pedagogia-universidades-en-peru/
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