Martirologio Romano: En la región de Laval, también en Francia, beato Jacobo Burin, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa ejerció su ministerio pastoral a escondidas, debiendo pasar de casa en casa, hasta que fue fusilado mientras sostenía en sus manos el cáliz.
Vidriera con la vida el beato Jacobo |
Se negó a prestar el juramento a la Constitución Civil del Clero, que había formulado los revolucionarios franceses, pues si bien prestó juramento de fidelidad a la nación, la ley y el rey, dejó escrito un texto en el que se negaba a ir en contra del papa. Por eso cuando recibió la bula del papa Pío VI, se la leyó a sus fieles y dejó claro que el se apartaba del juramento hecho anteriormente. Fue denunciado, encarcelado una breve temporada y juzgado, y por ello se le destituyó de su parroquia y desterrado de la misma.
Cuando en 1792 les obligaron a jurar la Constitución, sino serían deportados, Burín eligió la clandestinidad. Vestido de vendedor ambulante y con el falso nombre de Sebastián recorrió las parroquias de Saint George-sur-Erve, Saint Thomas-de-Courceriers, Trana, Champgeneteux, Villaines, Loupfougères y la suya propia, atendiendo espiritualmente a los fieles que se negaban a comulgar con los sacerdotes juramentados. Así estuvo durante dos años, hasta que una señorita de apellido Lemaire dijo que se quería confesar con un sacerdote ortodoxo y, pensando que se trataba de una revolucionaria conversa, se avisó al abate Burin. Éste acudió a Petit-Coudray de Champgeneteux, donde le esperaba un grupo del furibundo escuadrón móvil de Ëvron. Se le avisó de la traición, pero uno de los soldados le disparó, cayó al suelo y allí lo remataron. El verdugo, besó su fusil, satisfecho de su buena puntería. Está enterrado en su parroquia de Saint Martín-de-Connée.
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