Martirologio Romano: En Lyon, en Francia, beato Antonio Chevrier, presbítero, que instituyó la Obra de la Providencia del Prado, para preparar sacerdotes destinados a enseñar la doctrina cristiana a jóvenes pobres.

Fue párroco por un breve tiempo. No cobraba los derechos parroquiales, por miedo al dinero, y esto no era bien visto por algunos colegas. Dejó la parroquia..., lo suyo eran los obreros. La espiritualidad de Antonio se basa en tres pilares: el Pesebre, la Cruz y la Eucaristía. "Pobres y despojados como Jesús en el Pesebre, crucificados como Jesús en la Cruz, comidos como Jesús en la Eucaristía. El sacerdote es como Jesucristo: un hombre despojado, un hombre crucificado, un hombre comido. Hay que hacerse un buen pan para todos". "Todos necesitan atención, pero nuestro carisma son los pobres", decía a sus seminaristas. Además, insistía, los ricos están mejor atendidos, incluso por la Iglesia. "Hay que estudiar a Jesucristo y luego aplicarlo en la vida. Que al vernos digan: he aquí a Jesucristo. Debemos reproducir, en el exterior y en el interior, las virtudes de Jesucristo: su pobreza, su oración, su amor". "¡Señor, decía el padre Chevrier, si tienes necesidad de un pobre, heme aquí! ¡Si tienes necesidad de un loco, heme aquí! Que piensen lo que quieran, que me miren como a un loco, poco me importa, yo soy de Jesucristo". Murió en Lyon donde había vivido siempre. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 4 de octubre de 1986.
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