Martirologio Romano: En el litoral de Rochefort, en Francia, beato Pedro Sulpicio Cristóbal Faverge, Hermano de las Escuelas Cristianas y mártir, que encarcelado, por ser religioso, durante la Revolución Francesa, prestó diligente ayuda a los compañeros de cautiverio hasta morir contagiado en su servicio.
Pedro-Sulpicio-Cristóbal Faverge nació en Orleans. La familia Faverge vivía cerca de la escuela de los Hermanos en su misma parroquia de San Euverto, y en ella cursó Pedro sus primeros estudios. Y allí sintió la llamada de Dios para ser Hermano, como sus educadores.
Ingresó en el Noviciado de Maréville, cerca de Nancy, en 1767, y recibió el nombre de Hermano Roger. En la misma casa continuó su formación pedagógica. Conocemos poco sobre el trabajo apostólico del Hno. Roger en su servicio educativo. Pero después de algunos años como maestro fue nombrado director de la escuela de Moulins. Sobre sus cualidades pedagógicas, el abate Labiche de Reignefort escribió: «Fue persona amable y maestro muy entusiasta de jóvenes; mostró habilidad poco común en la administración y dirección de la Escuela de Moulins».
Ingresó en el Noviciado de Maréville, cerca de Nancy, en 1767, y recibió el nombre de Hermano Roger. En la misma casa continuó su formación pedagógica. Conocemos poco sobre el trabajo apostólico del Hno. Roger en su servicio educativo. Pero después de algunos años como maestro fue nombrado director de la escuela de Moulins. Sobre sus cualidades pedagógicas, el abate Labiche de Reignefort escribió: «Fue persona amable y maestro muy entusiasta de jóvenes; mostró habilidad poco común en la administración y dirección de la Escuela de Moulins».
En 1792 se exigió a los cinco Hermanos de Moulins, Roger, Bertauld, beato León, Saviniano y Nabord, el juramento de la Constitución. El Hno. Roger, como portavoz de los Hermanos, respondió: -«Ni por todo el oro del mundo me separaría de la Iglesia católica, mi madre». -Pero les vamos a cerrar la escuela y les vamos a detener, incluso los expulsarán de la nación, como a bestias dañinas... -Es usted libre de hacerlo. Yo no reniego de mi fe ni de mi bautismo, ni de mis votos, que ahora me unen más aún a Nuestro Señor..."
En el acta de bienes confiscados, se dice que en el cuarto del Hno. Roger se confiscó «una mala cama, con un jergón y un colchón rotos por varios sitios; una manta; una mesita de roble; un armario pequeño de nogal; y un candelabro muy malo de cobre...»
El 11 de junio de 1793, el Hno. Roger fue encarcelado en el antiguo convento de las clarisas, que habían sido expulsadas. Ese mismo día fue también encarcelado el Hno. León y compartió la prisión con su Hno. Director y con otros muchos sacerdotes y religiosos. Todos iban a ser deportados a la Guayana.
Y el abate Guillon añade: «Para atender de manera útil a los compañeros de infortunio, se dedicó humildemente a arreglarles el calzado. Era, dice uno de ellos, una excelente persona por el género de enseñanza al que se había dedicado; y estaba lleno de virtudes». Y el Hno. Lucard escribió: «Digno hijo de La Salle, sorprendió a los otros prisioneros por su humor alegre y resignación heroica. Siempre se mostró solícito con los enfermos y con los más desanimados; se esforzaba, con sus cuidados cariñosos, en distraerlos de los dolores. Cuando no tenían libros, los suplía con conversaciones espirituales y comentarios familiares sobre asuntos de cosmografía o navegación.
Cada día empleaba también parte del tiempo en arreglar el calzado de los eclesiásticos cuya salud deteriorada sufría horriblemente con las marchas en el fango, la nieve o el hielo, a pie descalzo. Decía alegremente: como buenos soldados, debemos saber un poco de todos los oficios, y, en caso de necesidad, ser buenos zapateros remendones. Un día exclamó uno de los prisioneros de Moulins: el Hermano Roger está en medio de nosotros tan tranquilo y sereno como lo estaba en la clase. Para todos fue un hombre lleno de talentos y virtudes».
El Hno. Roger salió hacia Rochefort en la caravana del 25 de noviembre de 1793. Después de numerosas vejaciones e insultos, tuvieron que esperar en Saintes hasta el 28 de marzo de 1794. El 12 de abril fue embarcado en «Les Deux Associés», donde tuvo que sufrir las calamidades ya descritas, comunes a todos los presos. Afectado por la epidemia, fue trasladado a la isla Madame, donde murió el 12 de septiembre. Fue enterrado en la arena con gran cantidad de cal para acelerar la descomposición del cadáver. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995 por el papa Juan Pablo II.
No hay comentarios:
Publicar un comentario