Nació en San Xoán de Seoane-Allariz, Orense. Después de tres años de aspirantado en Écija, pasó a Sevilla para hacer el noviciado. Profesó como salesiano en San José del Valle en 1909. Allí siguió hasta 1911 y luego estuvo destinado sucesivamente en Málaga, Carmona, Sevilla-San Benito de Calatrava y Baracaldo. De 1919 a 1929 estuvo en Salamanca, tres años en la casa de San Benito y cuatro en el colegio María Auxiliadora. Siguen sendos años en el oratorio Don Bosco de Santander y en Madrid-Atocha. De 1928 a 1931 es destinado a Madrid-Estrecho. Y de 1931 en adelante, a Santander: tres años en el oratorio Don Bosco y los dos últimos de su vida en el colegio María Auxiliadora.
Cuando se produjo la dispersión de los salesianos de la comunidad del colegio salesiano santanderino, don Antonio prefirió marchar a Bilbao, con unos familiares que vivían en Basurto. Pero allí fue pronto identificado como religioso. Igual que en otras ciudades españolas de la zona republicana, en Bilbao, los bombardeos franquistas y reveses del Frente Popular, proporcionaban pretexto para suscitar represalias, sacas siniestras, registros escrupulosos y detenciones insospechadas. Es lo que le sucedió el 25 de septiembre de 1936 a don Antonio. A media noche, cuatro milicianos llegaron a la casa donde se hallaba refugiado y, habiéndole encontrado en el registro un crucifijo y otros objetos religiosos, se lo llevaron detenido para fusilarlo. No se volvió a saber más de él. Por más averiguaciones que se han realizado se ignora su paradero.
Cuando se produjo la dispersión de los salesianos de la comunidad del colegio salesiano santanderino, don Antonio prefirió marchar a Bilbao, con unos familiares que vivían en Basurto. Pero allí fue pronto identificado como religioso. Igual que en otras ciudades españolas de la zona republicana, en Bilbao, los bombardeos franquistas y reveses del Frente Popular, proporcionaban pretexto para suscitar represalias, sacas siniestras, registros escrupulosos y detenciones insospechadas. Es lo que le sucedió el 25 de septiembre de 1936 a don Antonio. A media noche, cuatro milicianos llegaron a la casa donde se hallaba refugiado y, habiéndole encontrado en el registro un crucifijo y otros objetos religiosos, se lo llevaron detenido para fusilarlo. No se volvió a saber más de él. Por más averiguaciones que se han realizado se ignora su paradero.
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