Martirologio Romano: En Tarragona, también en España, beato Antonio Perulles Estívill, presbítero de la Sociedad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y mártir, que, en el furor de la persecución, acabó su martirio estando de camino.

En 1936, fue a Molá a casa de sus padres, donde halló a su hermano sacerdote. Quiso quedarse en el pueblo para atender a los fieles, pero con su hermano y el párroco, se refugiaron en una cueva donde permanecieron poco tiempo, para después regresar al pueblo. Como sabían lo que les esperaba realizaron unos ejercicios espirituales de preparación para el martirio. Los milicianos se presentaron en su casa y pidió la absolución a su hermano. Se despidió de su madre diciendo: “Madre, ¿no queréis que yo muera por Dios?”, y su madre le contestó: “Sí, hijo mío, y por la España católica”. Y se despidió de todos hasta el Cielo. Fue martirizado en la finca De Blanch en el término de Marsá (Tarragona), carretera de Molá a Falset, a los 44 años, se dirigió a sus asesinos con la misma serenidad: "disparad cuando queráis, y que Dios os perdone". “Tenía fama de santo durante la vida; se ha acrecentado después de su muerte, aureolado con el mártirio”, dice un testigo.
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