Martirologio Romano: En la Tebaida, santa Eufrasia, virgen, que, siendo de familia senatorial, optó por hacer vida eremítica en el desierto, en humildad, pobreza y obediencia.

A los pocos años murió la madre. Eufrasia se dedicó a la oración y, sobre todo, a la penitencia en la obediencia y la humildad. Se cuenta que la abadesa le mandó trasladar unas enormes piedras y, ella obedeció humildemente y las trasladó sin dificultad. Al día siguiente le mandó volverlas al lugar primero. Y así durante un mes, sin mostrar el menor signo de impaciencia. Para probar más su virtud, fue acosada por la envidia y los celos de alguna religiosa, sobre todo por una que se llamaba Germania, que la trató de hipócrita y ambiciosa. La respuesta de Eufrasia fue arrojarse a sus pies y, con la mayor humildad, le pidió perdón, a la vez que le suplicaba por amor a Dios que rogase por ella. Murió a los 30 años de calentura. Las “Actas Santorum” contienen una antigua biografía de esta santa, que está llena de tentaciones de todo signo que entran en la fantasía y la leyenda.
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