(Juan Domenico, Domínguez. it.: Giovanni Dominici).
Dios es misericordioso. El que está en gracia de Dios. Admirable.
Martirologio Romano: En la ciudad de Buda, en Hungría, tránsito del beato Juan Dominici, obispo de Ragusa, que, después de la peste negra, restauró la observancia regular en los conventos de la Orden de Predicadores, y enviado luego a Bohemia y Hungría para contener la predicación herética de Juan Hus, le sorprendió la muerte.
Juan Bianchini, llamado Dominici nació en Florencia, en plena época humanística. Era tartamudo y poco instruido, pero se formó dentro de los dominicos, en el convento de Santa María Novella de Florencia, que aunque le ordenaron sacerdote no le permitieron predicar. Finalmente, oró a santa Catalina de Siena y su defecto desapareció. La vida religiosa le hizo un gran teólogo, predicador, gran miniaturista, al mismo tiempo reformador de su Orden. Se cuenta que en una ocasión, los florentinos pidieron a san Vicente Ferrer que fuera a predicar en la ciudad: "¿A quién queréis oír teniendo al padre Juan Domínici?" respondió el santo valenciano.
La peste negra del 1348, que se prolongó durante 5 años, dejó desolados los monasterios no sólo por la falta de vocaciones sino también por el relajamiento de la vida religiosa. Fray Juan se empeñó en renovar la Orden dominicana, iniciada por el beato Raimundo de Capua. Surgieron los conventos de Santo Domingo de Venecia, el de Cortona, que fue el noviciado, el de Santo Domingo de Fiesole... Aceptó el priorato de varios conventos para facilitar la reforma iniciada. En el año 1395 con algunos discípulos de santa Catalina de Siena a quién honraba con gran, veneración, fundó en Venecia el monasterio del Corpus Christi para las monjas dominicas.
Su apostolado se interrumpió súbitamente en 1399 por orden de los magistrados, cuyo entredicho había descuidado; cuando fue expulsado durante cinco años. Se dirigió a Florencia donde se entregó totalmente a la predicación con gran celo de las almas y gran elocuencia.
Fue vicario general de los conventos observantes en los Estados de Venecia y de la provincia de romana. Para combatir la frivolidad de su siglo escribió varios libros: "Lucula noctis" y "Regla del gobierno de cuidado familiar".
Enviado a Roma como delegado en el año de 1406 por los florentinos para tratar sobre el cisma, se ganó la confianza de Gregorio XII, recién elegido papa, que hizo de Juan su consejero y lo nombró en 1408 arzobispo de Ragusa (Dubrovnik, Croacia) con el título de San Sixto. Fue creado cardenal. Se mostró prudente y fiel incluso en los tiempos calamitosos del cisma en el concilio de Constanza. Igualmente favorecido con la confianza del nuevo papa Martín V, fue enviado corno legado a Bohemia y a Hungría a combatir la herejía de Juan Huss, donde hizo muchas conversiones en Hungría, aunque fracasó en Bohemia. En Buda (Hungría) murió. Sus reliquias se perdieron cuando en 1541 fue destruida la iglesia de los Eremitas de San Pablo donde estaban. Su culto fue confirmado el 9 de abril 1832 por SS Gregorio XVI.
Juan Bianchini, llamado Dominici nació en Florencia, en plena época humanística. Era tartamudo y poco instruido, pero se formó dentro de los dominicos, en el convento de Santa María Novella de Florencia, que aunque le ordenaron sacerdote no le permitieron predicar. Finalmente, oró a santa Catalina de Siena y su defecto desapareció. La vida religiosa le hizo un gran teólogo, predicador, gran miniaturista, al mismo tiempo reformador de su Orden. Se cuenta que en una ocasión, los florentinos pidieron a san Vicente Ferrer que fuera a predicar en la ciudad: "¿A quién queréis oír teniendo al padre Juan Domínici?" respondió el santo valenciano.
La peste negra del 1348, que se prolongó durante 5 años, dejó desolados los monasterios no sólo por la falta de vocaciones sino también por el relajamiento de la vida religiosa. Fray Juan se empeñó en renovar la Orden dominicana, iniciada por el beato Raimundo de Capua. Surgieron los conventos de Santo Domingo de Venecia, el de Cortona, que fue el noviciado, el de Santo Domingo de Fiesole... Aceptó el priorato de varios conventos para facilitar la reforma iniciada. En el año 1395 con algunos discípulos de santa Catalina de Siena a quién honraba con gran, veneración, fundó en Venecia el monasterio del Corpus Christi para las monjas dominicas.
Su apostolado se interrumpió súbitamente en 1399 por orden de los magistrados, cuyo entredicho había descuidado; cuando fue expulsado durante cinco años. Se dirigió a Florencia donde se entregó totalmente a la predicación con gran celo de las almas y gran elocuencia.
Fue vicario general de los conventos observantes en los Estados de Venecia y de la provincia de romana. Para combatir la frivolidad de su siglo escribió varios libros: "Lucula noctis" y "Regla del gobierno de cuidado familiar".
Enviado a Roma como delegado en el año de 1406 por los florentinos para tratar sobre el cisma, se ganó la confianza de Gregorio XII, recién elegido papa, que hizo de Juan su consejero y lo nombró en 1408 arzobispo de Ragusa (Dubrovnik, Croacia) con el título de San Sixto. Fue creado cardenal. Se mostró prudente y fiel incluso en los tiempos calamitosos del cisma en el concilio de Constanza. Igualmente favorecido con la confianza del nuevo papa Martín V, fue enviado corno legado a Bohemia y a Hungría a combatir la herejía de Juan Huss, donde hizo muchas conversiones en Hungría, aunque fracasó en Bohemia. En Buda (Hungría) murió. Sus reliquias se perdieron cuando en 1541 fue destruida la iglesia de los Eremitas de San Pablo donde estaban. Su culto fue confirmado el 9 de abril 1832 por SS Gregorio XVI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario