San Marice. Siglo incierto.
Se sabe muy poco de él. Fue declarado protector de Cannaiola di Trevi (Umbría, Italia) el 13 de abril del 1647. El cuerpo del mártir fue trasladado desde Roma.
Martirologio Romano: En Rávena, de la Flaminia, san Urso, obispo, que trasladó la sede episcopal desde Classe a esa ciudad, dedicando la iglesia catedral, bajo el título de la santa Anástasis, el día de Pascua, y en la misma fecha, después de algunos años, emigró a la gloria de la resurrección.
Era de Sicilia de noble familia. Huyó de Sicilia por consejo divino, porque su padre era pagano, y se había enterado de que su hijo era cristiano y su furor fue terrible.
Fue obispo de Rávena durante 20 años. Trasladó la sede episcopal desde Classe a Ravena, en torno al 402, cuando el emperador Honorio, por razones de seguridad estratégica puso en la misma ciudad la capital del Imperio de Occidente. Edificó la iglesia catedral, y la puso bajo el título de la santa Anástasis, el día de Pascua, y en la misma fecha, después de algunos años, emigró a la gloria de la resurrección. Su memoria se celebraba en Ravena el mismo día de pascua, en recuerdo de la dedicación de la basílica.
Martirologio Romano: En Saint-David, en el territorio de Cambria, en Gales, san Carádoco, presbítero y ermitaño, que siendo tañedor de arpa en el palacio real, al constatar que allí se quería más a los perros que a los hombres, decidió servir a Dios bajo la dirección del abad Teliavo.
Galés, arpista en la Corte del rey Rhys de Gales meridional; se hizo monje en Llandaff, y allí gracias a la influencia del abad san Teliano, aprendió a servir a Dios. Fue ordenado sacerdote y luego abad; después vivió como ermitaño en varios lugares de Gales, entre ellos la isla de Barry y Saint Issels. Sufrió mucho cuando la invasión inglesa de Enrique I. La leyenda dice que abandonó su trabajo de arpista en la Corte por que se decepcionó al ver que eran más amados los perros que los hombres. Tiene culto local.
Martirologio Romano: En el monasterio de Fonte Avellana, en la Umbría, beato Albertino, ermitaño y prior de un grupo de eremitas, que antepuso la soledad a los honores y procuró conciliar a las ciudades que estaban enemistadas entre sí.
Posiblemente nació en Montone en Umbría. Monje del monasterio de Santa Croce de Fuente Avellana (casa principal de una congregación benedictina que, en 1570, fue fundida con los camaldulenses), en Las Marcas. Fue elegido prior general de su congregación y fue capaz de llegar a la paz entre el obispo y el pueblo de Gubbio; sirvió a la congregación con sabiduría y santidad de vida.
Fue un hombre de paz. Muchas poblaciones y concejos en discordia encontraron la hermandad por su paciente y generosa mediación. Rechazó el nombramiento de obispo de Ôsimo, prefiriendo quedarse entre sus montañas, viviendo la humildad y el amor a la soledad. Mantuvo siempre una vida austera en la humildad y en la modestia. Murió en Fuente Avellana. Su sepulcro fue meta de peregrinaciones.
La Sagrada CongregacIón de Ritos, el 21 de mayo de 1782, bajo el pontificado de Pío VI, permitió expresamente a la Orden Camaldulense la celebración de su memoria litúrgica.
La Sagrada CongregacIón de Ritos, el 21 de mayo de 1782, bajo el pontificado de Pío VI, permitió expresamente a la Orden Camaldulense la celebración de su memoria litúrgica.
Martirologio Romano: En Cittá di Castello, de nuevo en Umbría, beata Margarita, virgen de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, la cual, ciega de nacimiento, deforme y abandonada por sus progenitores, siempre confió en su corazón, sin embargo, en el nombre de Jesús.
Nació en Matelo o Metola, Umbría: era ciega, enana, jorobada y con una cojera permanente. Sus padres rehusaron verla, y finalmente la recluyeron en una celda adjunta a una iglesia, con la esperanza de que muriera allí. Margarita no murió. En un intento desesperado por encontrar una cura, su madre persuadió a su padre para que la llevaran a la tumba del franciscano Giacomo de Cittá di Castello que producía milagros. Cuando Margarita no sanó, sus padres la abandonaron en la tumba, y allí fue recogida por un matrimonio también pobre, quiénes para poder mantenerla la llevaron de una casa a otra, llegando a ser la "mascota" de toda la ciudad, y todos los que la cuidaban recibían bendiciones, así las monjas de un convento de clausura: de la Orden de Penitencia de Santo Domingo, corrieron la voz que si ella ingresaba en el convento, recibirían algún beneficio, ella aceptó encantada pues era lo que quería. Pero la caridad interesada de las monjas no recibió las bendiciones esperadas y Margarita recibió malos tratos y calumnias, de manera que tuvo que salir del monasterio.
Tuvo como director espiritual a un dominico, que por su consejo se hizo Terciaria dominica y se dedicó a la oración y las buenas obras. A pesar de su ceguera, nada impidió que enseñase a los niños, visitase a los enfermos y a los presos a los que animó. Fue admirada por toda la población y tuvo gracias místicas. Murió en olor de santidad en Cittá di Castello. Pablo V confirmó su culto en 1609.
Beatos Francisco Dickenson y Milón Gerard. M. 1590.
(ing.: Francis Dickenson). Libre, franco.
(Guillermo Richardson, Miles, Miliano). Soldado.
(ing.: Francis Dickenson). Libre, franco.
(Guillermo Richardson, Miles, Miliano). Soldado.
B. Francis Dickenson |
Francisco Dickenson nació en West Riving en Yorkshire en 1564, en el seno de una familia protestante. A los 17 años se convirtió al catolicismo. Estudió en el seminario inglés de Reims, fue ordenado en el 1589.
Milón Gerard, que usaba igualmente el nombre de William Richardson, era natural de Ince, en el Lancashire, y nació hacia 1555. Muy Joven entró en el seminario de Reims y se ordenó en 1583.
Ambos sacerdotes fueron enviados a Inglaterra en 1589, pero el capitán del barco intuyó que eran sacerdotes católicos y al desembarcar los denunció al sheriff. La tortura sólo sirvió para obtener la declaración de su estado sacerdotal y de su condición misionera. Fueron encarcelados en la prisión de Bridewell de Londres. Fueron torturados por el terrible Topcliffe, con la intención de que declarasen que habían arribado a Inglaterra por orden del rey de España con la intención de alquilar marineros y así invadir el país; los dos sacerdotes lo negaron totalmente y afirmaron su calidad de sacerdotes y misioneros. Ambos fueron ejecutados en Rochester según la política seguida de dispersar por el país las ejecuciones para que fueran vistas por el mayor número de ciudadanos y sirviera como escarmiento a los católicos clandestinos. Fueron beatificados el 15 de diciembre de 1929 por Pío XI.
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