Lanza de la voluntad.

Como tal, en la Navidad de 983, coronó a Otto III en Aachen, y en junio de 1002, coronó a san Enrique II en Maguncia; presidió el sínodo de Frankfort en 1007, en el cual veinticinco obispos firmaron la "Bula de Juan XVIII" para constituir la diócesis de Bamberg. Posiblemente fue el más grande estadista de su época, pero ante todo fue un hombre de iglesia y, en relación con su prójimo, fue siempre humilde y caritativo.
Siempre mantuvo amistosas relaciones con Roma. En 996 fue con Otto III en su viaje a Italia, asistió en la consagración de Gregorio V y en el sínodo que se realizó unos pocos días más tarde. En este sínodo Willigis fuertemente urgió por el retorno de san Adalberto a Praga, cuya diócesis era sufragánea de Maguncia. En 997, Gregorio V envió los decretos de un sínodo de Pavia a Willigis, "su vicario", a efecto de que fueran publicados. En su diócesis trabajó en la construcción de puentes, carreteras y en pro del arte. Construyó una catedral y la consagró el 29 de agosto de 1009 en honor a San Martín, pero ese mismo día, fue destruida por fuego; ayudó luego en la reconstrucción de la vieja Iglesia de San Víctor y construyó la de San Esteban.
Construyó también una iglesia en Brunnen, en Nassau. Mostró gran solicitud en atender las actividades religiosas y en ayudar a los monasterios de Bleidenstadt, San Disibod, y Jechaburg en Thuringia. Fue sepultado en la Iglesia de San Esteban. Tiene culto local.
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