(Arsenio de Armo).
Varón enérgico.
Martirologio Romano: En Armo, cerca de Reggio Calabria (hoy Italia), san Arsenio, eremita, célebre por su espíritu de oración y por su austeridad.
A los 15 años abrazó el severo ascetismo calabro-greco, que caracteriza la vida monástica del siglo IX en Calabria: amor a la soledad, dureza de vida, ejercicios de mortificación muy extenuantes, ayunos y abstinencias prolongados, oración asidua y contemplación. Recibió la ordenación sacerdotal y en su retiró no se alejó mucho de la propia ciudad. En la soledad alternaba la oración con el trabajo manual, viviendo con lo que le daba su propio esfuerzo.
Un joven de nombre san Elías, sintiéndose llamado a la vida monástica, fue recibido por él y estuvieron juntos como hermanos en espíritu. Se establecieron primero en la iglesia de Santa Lucía de Pendino, a poca distancia de Reggio, pero las pretensiones de un cura de la catedral que había usurpado el campito que ellos habían cultivado para su sustento, debieron recurrir al tribunal del estratega bizantino; la petición, se resolvió con otra injusticia, porque el estratega, llamado al deber por san Elías, reaccionó violentamente hasta azotar a sangre al santo monje. Arsenio le predijo la muerte inminente, que le acogió después de tres días.
Los dos monjes, se refugiaron en la iglesia de San Eustracio de Armo, al sudeste de Reggio. Aquí Arsenio fue enriquecido con el don del discernimiento de espíritus. Mientras estuvieron en este lugar intuyeron las incursiones de los sarracenos; por esto, marcharon primero a Sicilia y después a Grecia. Aquí estuvieron 8 años en una torre en Patras, edificando a pueblo con el ejemplo, la palabra y los dones taumatúrgicos. Cuando se decidieron regresar a Calabria, el obispo, el clero y el pueblo de la ciudad, para evitar que abandonaran el lugar los acusaron de robo, y así evitar su alejamiento: ellos consiguieron huir y regresar a Armo. Allí recibieron la visita de otro asceta austero, san Elías “el Joven”, que reveló los dones extraordinarios con los que Dios había adornado el alma de Arsenio. Arsenio murió antes que su compañero san Elías el Spelota. Tiene culto local.
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