Martirologio Romano: Conmemoración de san Patapio, solitario, el cual, oriundo de la Tebaida, vivió en Constantinopla, en Blaquernas, y fue sepultado en el monasterio de los egipcios.
Natural de Tebas, Egipto. Después de repartir toda su herencia entre los pobres, se retiro al desierto abandonado todo. Allí pasaba su tiempo rezando y estudiando. A cada persona cansada que pasaba por su morada le ofrecía hospitalidad y descanso para poder luego continuar su camino, pero también aprovechaba la ocasión para encaminar algunas almas con consejos espirituales importantes, para la salvación de las mismas.
Así la fama de Patapio se extendió rápidamente y muchos iban en busca de él, para poder escuchar de su boca las enseñanzas del Evangelio; luego de un tiempo el santo se traslado a Constantinopla queriendo pasar desapercibido. Patapio encontró en Blajernes un lugar muy tranquilo donde se quedo, pero luego de un tiempo por su vida santa y humilde también fue muy conocido aquí. Este gran ermitaño murió mientras oraba a Dios y sanaba a los enfermos. Es muy venerado en Oriente.
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