(it.: Maddalena Albrici).
De Magdala. Torre de Dios.
Martirologio Romano: En Como, ciudad de Lombardía, beata Magdalena Albrici, abadesa de la Orden de San Agustín, que reavivó extraordinariamente el fervor de perfección de sus hermanas en religión.
Nació en Como y era hija de Nicola Albrizzi, máximo magistrado de Como. Se hizo religiosa en el monasterio de Sant'Andrea en Brunate. Cuando fue elegida abadesa, muchas vocaciones femeninas la siguieron, y con ayuda de Blanca, duquesa de Milán introdujo la regla de los ermitaños de San Agustín, reformando el monasterio de Sant'Andrea hacia una mayor austeridad y una mayor pobreza. Vivieron en una auténtica pobreza que las hizo ser la admiración de su tiempo. Fue notable su empeño en promover la comunión frecuente entre sus monjas. En 1455, la comunidad fue acogida en la Congregación Agustiniana de Lombardía, lo cual fue definitivamente aprobado por el Papa Pío II el 16 de julio de 1459.
Consideraba como una de sus mayores satisfacciones pertenecer a la Orden Agustiniana y estar bajo su jurisdicción. Enamorada de la espiritualidad agustiniana, fue una admirable propagadora de la vida agustiniana. Unió a muchas consagradas, que hacían vida común, a la Orden. Así se acrecentó la familia agustiniana con un considerable número de monasterios.
A las hermanas que estaban a su cargo las incitaba a una mayor perfección en las virtudes, prefiriendo siempre obedecer que mandar, ser súbdita que superiora. También se le atribuye la fundación de una fraternidad de agustinos seculares en Como.
Sobresaliendo en la pureza de vida y en la caridad con todos, murió después de una dolorosa enfermedad en Como. Sus restos se conservan en la catedral de Como. Fue confirmado su culto el 10 de diciembre de 1907 por san Pío X.
Nació en Como y era hija de Nicola Albrizzi, máximo magistrado de Como. Se hizo religiosa en el monasterio de Sant'Andrea en Brunate. Cuando fue elegida abadesa, muchas vocaciones femeninas la siguieron, y con ayuda de Blanca, duquesa de Milán introdujo la regla de los ermitaños de San Agustín, reformando el monasterio de Sant'Andrea hacia una mayor austeridad y una mayor pobreza. Vivieron en una auténtica pobreza que las hizo ser la admiración de su tiempo. Fue notable su empeño en promover la comunión frecuente entre sus monjas. En 1455, la comunidad fue acogida en la Congregación Agustiniana de Lombardía, lo cual fue definitivamente aprobado por el Papa Pío II el 16 de julio de 1459.
Consideraba como una de sus mayores satisfacciones pertenecer a la Orden Agustiniana y estar bajo su jurisdicción. Enamorada de la espiritualidad agustiniana, fue una admirable propagadora de la vida agustiniana. Unió a muchas consagradas, que hacían vida común, a la Orden. Así se acrecentó la familia agustiniana con un considerable número de monasterios.
A las hermanas que estaban a su cargo las incitaba a una mayor perfección en las virtudes, prefiriendo siempre obedecer que mandar, ser súbdita que superiora. También se le atribuye la fundación de una fraternidad de agustinos seculares en Como.
Sobresaliendo en la pureza de vida y en la caridad con todos, murió después de una dolorosa enfermedad en Como. Sus restos se conservan en la catedral de Como. Fue confirmado su culto el 10 de diciembre de 1907 por san Pío X.
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